CAPÍTULO II
PREGUNTAS MÁS COMUNES Y SUS RESPUESTAS
Aunque algo fuera de lo común, en este capítulo
quiero dar respuesta a las típicas preguntas que muchas mujeres se hacen y que
o bien no encuentran quien se lo explique o bien se lo explican a medias. Son
preguntas que, aunque aparentemente no tengan importancia, sí la tienen
porque aprovecharé la respuesta para dar
una información que será muy útil para todas las personas que de verdad quieran
perder peso sin ningún peligro para la salud o simplemente comenzar una nueva
forma de alimentarse cuyos hábitos serán muy beneficiosos a lo largo de toda su
vida.
¿Qué son las calorías? La
kilocaloría (aunque en el lenguaje común se habla más de calorías) es una
medida de valor energético de la comida y viene a representar el calor que se
necesita para aumentar en un grado centígrado de temperatura (de 14º C a 15º C)
una cantidad aproximada de un litro de agua. El cuerpo necesita quemar
calorías para mantenerse activo y realizar sus actividades y el medio que tiene
de conseguirlas es, principalmente, a través de las proteínas, grasas y
carbohidratos o mejor dicho gracias a su oxidación. Normalmente ingerimos más
calorías de las que quemamos, sobre todo de los carbohidratos, por eso éstas se
acumulan como reserva para su uso en el hígado, en los músculos, y en mayor
cantidad aún, en las grasas acumuladas. La mujer promedio necesita de 1700 a
1900 calorías diarias y el hombre podría llegar hasta las 3000 pero esto no se
debe tomar como norma porque, como sabemos, todo depende de su actividad
laboral, de su constitución, de si es deportista o no, etc.
Es
cierto que en la mayoría de las dietas de adelgazamiento las mujeres suelen
consumir entre 1200 y 1500 calorías y los hombres entre 1500 y 1800, pero para
que una dieta sea buena debe ser personalizada e indicar en ella qué nutrientes
debe comer más y cuál menos entre otras muchas cosas. El valor energético de
las proteínas es de 4 calorías aproximadamente por cada gramo y lo mismo ocurre
con los carbohidratos, sin embargo, las grasas tienen un valor de 9 calorías
por gramo de grasa. Se suele decir que comiendo 500 calorías menos al día se
puede llegar a perder un kilo por semana pero esto tampoco debe llevarse a la
práctica sin más ni más porque, además de lo dicho anteriormente, hay que
procurar mantener el metabolismo elevado para que queme más calorías y así no
engordar más. Cuantas menos calorías más se ralentiza el metabolismo (como
medio de supervivencia) y esto puede llegar, como ocurre en las “dietas
milagro”, a que aun comiendo poco se engorde.
¿Cuántas calorías necesitamos?
Para saber cuantas calorías necesitamos cada día y para tenerlo presente para
no engordar tendríamos que utilizar un calibrador de grasas para saber cuál es
nuestro índice de grasa corporal, esto es así porque la grasa no consume casi
energía y, por tanto, si hacemos el cálculo para todo el cuerpo incluyendo la
grasa no daría un buen resultado. A la hora de hacer una dieta personalizada o
elegir otra nos pueden surgir dudas sobre la cantidad de calorías que debe
tener y si nos ayudará a adelgazar o lo contrario. Para saber cuántas calorías
necesitamos vamos a utilizar la siguiente formula.
Para las mujeres se hace el
siguiente cálculo:
1º. Se multiplica 9,6 por el peso
en kilos y se suma 65
2º. A ese dato se le suma el
resultado de multiplicar 1,8 por la altura en centímetros.
3º. A ese otro dato se le resta
el resultado de multiplicar 4,7 por la edad de la persona.
4º. Y ese último resultado se
multiplica por el factor de actividad que la persona tenga.
Factores de actividad:
Para las
personas que llevan una vida sedentaria: 1,2
Para las que
tengan un trabajo algo dinámico y que hagan deporte dos veces a la
semana: 1,375
Para esa misma
persona pero que hace deporte cuatro o cinco veces a la semana
será de: 1,55.
Para los que
tienen un trabajo más activo y hacen deporte toda la semana es de:
1,725
Para los que
tienen un trabajo muy activo y hacen un deporte de más esfuerzo
toda la
semana: 1,9
Para los hombres se hace el
siguiente cálculo:
1º. Se multiplica 13,7 por el
peso en kilos y se suma 66
2º. A ese resultado se le suma lo
que resulte de multiplicar 5 por la altura en centímetros.
3º. A ese otro dato se le resta
el resultado de multiplicar 6,8 por la
edad de la persona.
4º. Y ese último resultado se
multiplica por el factor de actividad que la persona tenga.
Pongamos un ejemplo: Yo tengo 53
años, mido 172 cm. de altura y antes de ponerme a dieta de adelgazamiento
pesaba 80 kilos.
La
operación es la siguiente: 66 + 1096 (13,7 por 80) =1162; + 860 (5 por 172) =
2022; - 360 (6,8 por 53) = 1662; por el factor de actividad 1,55 = 2576
calorías.
Después
de quedarme en mi peso ideal en cuatro meses, es decir en 69 kilos, el
resultado es el siguiente: 66 + 945 (13,7 por 69) = 1011, + 860 (5 por 1,72) =
1871, - 360 (6,8 por 53) = 1511, por el factor de actividad 1,55 = 2.342
calorías. Es decir, que para mantenerme en mi peso debería llevar una dieta de
2.342 calorías.
Según
esta fórmula, se supone que para mantenerse en el peso ideal en este ejemplo,
no hay que comer más de esa cantidad de calorías (pero de alimento nutritivo) a
la vez que desechamos las calorías vacías y los alimentos prohibidos que
aceleran el engorde. No es necesario recordar que es conveniente hacer algo de
ejercicio físico al menos tres días por semana. Pero claro, como se supone que
lo que más nos interesa es saber adelgazar saludablemente, más de una se
preguntará ¿Cuántas calorías me quito para adelgazar? Hay otra fórmula, en mi
opinión más exacta, para saber cuántas calorías necesitamos, pero precisamente
por la diferencia que tiene con la fórmula anterior la podemos utilizar para
saber cuantas calorías debemos quitarnos para comenzar a adelgazar, la fórmula
es la siguiente:
1º.
En el caso de ser hombre multiplicar el peso por 25 y en caso de ser mujer
por 23.
2º. Si tiene más de 25 años
suma 300 calorías al resultado.
Si tiene entre 25 y 45 se deja el
resultado tal como está.
Si tiene entre 45 y 55 se resta 100
calorías.
Si tiene entre 55 y 65 se resta 200
Si tiene entre 65 y 75 se resta 300 ´
3º.
El factor de actividad lo aplicaremos esta vez de la siguiente manera:
Si lleva una vida sedentaria, lo dejamos
como está.
Si nuestro trabajo requiere un poco de
esfuerzo, se suma 100 calorías
Si nuestro trabajo requiere un esfuerzo
considerable y hacemos un poco de
deporte, sumar 200
Si el trabajo requiere mucho esfuerzo y vamos al gimnasio casi todos los
días,
sumar 300
Pongamos
mi mismo ejemplo con mi peso actual: 25 por 69 kilos = 1725, - 100 por estar
entre 45 y 55 = 1625, + 300 por andar mucho y hacer gimnasia o deporte todos
los días = 1.925 calorías. Esas serían
las calorías que se supone que necesito para mantenerme en mi peso, sin
embargo, la diferencia en el resultado entre las dos fórmulas respecto a mi
caso es de 417 (2342 – 1925) que creo que es una cantidad adecuada para que una
persona con ese peso se ponga a dieta de adelgazamiento cuando quiere quitarse
unos pocos kilos. He de reconocer que esto no es lo correcto ni es una fórmula,
o sea, que debe ser la persona interesada la que elija una de las fórmulas que
he dado y ponerla en práctica para ver los resultados aplicando una reducción
de unas 500 calorías para comenzar en el caso de las mujeres y algunas más en
el de los hombres. A partir de los resultados y según la fórmula elegida, se
podrán reducir más calorías (de 100 en 100) hasta llegar a un mínimo de 1200 en
el caso de las mujeres y de 1600 en el caso de los hombres, si hay que perder
más peso y no se consigue es porque hay
que hacer más ejercicio. Hay otra fórmula que es tan simple como multiplicar 28
por el peso en kilos, por ejemplo, haciendo el mismo ejemplo: 69 kilos por 28 =
1.932 calorías; como podemos ver el resultado se aproxima más a la segunda
fórmula expuesta anteriormente, por tanto, lo dejo a vuestra elección.
Veamos,
si queremos comenzar reduciendo las calorías en una cantidad notable deberíamos
hacerlo en un 20 % que, en mi caso, es lo que hice, 2.342 por 20% = 468
calorías que son las que voy a disminuir para hacerme una dieta de (2.342 – 468
=) 1.874 calorías. He de reconocer que perdía poco peso aun haciendo algo de
ejercicio, así es que decidí aplicar la otra fórmula que he mencionado cuyo
resultado hemos visto que era de1.925 calorías; a esta cifra le reste el 20 % y
se me quedó en (1925 – 385) = 1.540. Con esta fórmula perdía 1kilo
aproximadamente por semana y cuando hacía más deporte perdía más aún, el
resultado final fue de 11 kilos en aproximadamente 4 meses. Esta cifra es una
pérdida de peso segura, sin riesgo y sin posibilidades de que se produzca el efecto
rebote y la prueba es que han pasado cinco meses y no he engordado ni un gramo.
Con esto quiero decir
cuatro cosas: 1ª. Que es la persona interesada quien debe elegir la fórmula
después de haber leído el libro y saber que con la salud no se juega; 2ª. Que
no es conveniente quitarse más de un 20 % de una vez para que no haya efecto
yo-yo por ponerse el organismo a la defensiva; 3ª. Que no se trata de comer
poco o no comer sino de comer alimentos nutritivos en, al menos, cinco comidas;
4ª. Que si aún llegando al límite más bajo de calorías aconsejado anteriormente
no se adelgaza, es porque hay que hacer más deporte y ejercicios de resistencia
y musculación.
Bien ya sabemos como
averiguar las calorías que necesitamos y también que debemos disminuirlas progresivamente
hasta ver que perdemos entre 500 y 1500 gramos por semana y no más porque, a la
larga, los resultados pueden ser peores. Pues bien, si se quiere, también se
puede repartir el total de las calorías entre las 5 comidas diarias, solo hay
que elegir o componer el menú con las cantidades apropiadas de calorías según
la tabla que adjunto o, si se prefiere, elegir alguna receta directamente. En
ese caso hay que tener en cuenta que:
1º. Todas las comidas deben
llevar proteínas en un mismo porcentaje o, al menos,
mayor en el desayuno, en la comida y en la
cena.
2º. Que las comidas deben
llevar su cantidad de grasa como ya expliqué
(aproximadamente la mitad de gramos que las
proteínas).
3º. Que si se hace deporte
se tomará algún plato de cereales integrales o legumbres a la
semana, pan integral si se quiere acompañar a
la carne (muy poco) dos frutas al día y
más verduras que fruta en general.
¿Cómo se puede elevar o controlar el metabolismo? Metabolismo es el proceso
por medio del cual el organismo fabrica y usa la energía para toda la actividad
corporal, tanto interna como externa, o sea, tanto la energía que gasta el
organismo, por ejemplo, en hacer la digestión como la que gastamos en hacer
ejercicio físico. Dicho de un modo más correcto, es el cambio de sustancias y
transformación de energías para mantener activas las funciones vitales del
organismo; también se puede denominar como los “procesos físicos y químicos que
transforman los alimentos para que sean absorbidos y asimilados”
Por
consiguiente, saber metabolizar calorías inteligentemente nos puede ayudar a
tener un cuerpo sano y a no engordar o a adelgazar. Con el paso de los años el
metabolismo se hace cada vez más lento (hasta un 2 % por año), lo que explica,
entre otras cosas, la tendencia a coger peso, sin embargo, esto se puede
contrarrestar con una buena alimentación y, principalmente, con el ejercicio
físico ya que éste le eleva y permite quemar más grasa. El metabolismo total es
el consumo total diario de calorías que hace el cuerpo y que se puede ver
alterado según sean las actividades así, un albañil gastará muchas más calorías
que un administrativo pero ese gasto dependerá de la cantidad de músculo, es
más, por ejemplo los culturistas queman más calorías incluso muchas horas
después de terminar los ejercicios. Así es que, a mayor volumen y desarrollo de
músculos más calorías quema el metabolismo.
Cuando se quiere adelgazar
o mantener el peso hay que llevar una alimentación sana y equilibrada (como
intento enseñar en este libro) para ingerir las calorías necesarias que el
metabolismo necesita incluyendo la práctica de algún deporte o ejercicio
físico, así no se acumularán grasas. Desde el mismo momento que llevamos una
dieta demasiado baja en calorías perderemos músculo y daremos pie a que se
produzca el efecto rebote o de recuperación de peso, la mejor solución es comer
algo menos de calorías y hacer ejercicio físico ya que, de esta forma,
desarrollamos músculo para quemar más calorías. No hay que olvidar que el
cuerpo tiene sus mecanismos de supervivencia y cuando se le priva demasiado de
las calorías que necesita empezará a acumular grasa por si acaso la necesita
como combustible en el futuro, en esos casos, lo primero que hace el organismo
es reducir el metabolismo, o sea, quemar menos grasa y energía que también
terminará acumulándose como tejido adiposo. La correcta y sana alimentación
también ayuda a solucionar este problema a la vez que desarrolla más músculo a
través de los aminoácidos. Por último, también hay que tener en cuenta que al
eliminar grasa también elevamos el metabolismo porque éste tendrá que hacer el
papel de la grasa (aislar) para mantener la temperatura del cuerpo.
Estos son algunos de los
consejos que podemos llevar a la práctica para mantener el metabolismo activo e
incluso elevarlo:
1º. Hacer ejercicio tres o
cuatro días a la semana y mantenerse en movimiento
siempre que se pueda
(andar, subir escaleras, etc.)
2º. Comer poco hace
descender el metabolismo, por tanto, hacer cinco o seis
comidas diarias le mantiene activo y si esas
comidas llevan el porcentaje de
nutrientes tal y como hemos dicho, mejor aún.
Lo ideal sería comer cada tres
horas aproximadamente.
3º. No comer azúcar ni
carbohidratos de alto índice glucémico y pocos de los de
bajo índice glucémico, no consumir grasas
saturadas ni trans y sí las insaturadas
pero en su justa medida, y comer proteínas en
todas las comidas.
4º. Hacer un buen desayuno
para activar el metabolismo a base de proteínas y
algo de carbohidratos.
5º. Beber al menos dos litros de agua porque también ayuda a
adelgazar,
deberíamos beberla aun sin
tener sed.
6º. Llevar una vida
estresada física y emocionalmente hace coger peso porque
esos factores activan la liberación de
cortisol, un esteroide que desacelera el
metabolismo.
7º. Si le gusta las cosas
ácidas y picantes no se prive porque aceleran el
metabolismo y ayudan cuando
hay un ataque de hambre.
¿Cuál es
mi peso ideal? Saber cuál es el Índice de Masa Corporal (IMC) nos puede
ser muy útil antes de comenzar una dieta de adelgazamiento, así tendremos una
idea aproximada de lo que necesitamos perder. Por supuesto que lo ideal sería
que consultáramos con el nutricionista o endocrino para que sea él quien
averigüe el IMC e incluso el de la grasa por medio del calibrador, pero lo que
no aconsejo es guiarse por las famosas tablas que se basan en la altura y en la
constitución física en general. Cuando digo que el IMC nos da una idea
aproximada o invito a consultar al especialista rechazando totalmente las
tablas es porque ni éstas ni el IMC tienen en cuenta la proporción individual
muscular o de grasa que tiene cada persona y por tanto, confunden.
Cuando un miembro de
mi familia decidió ponerse a dieta después de haber leído un libro de Jaime
Brugos, (al que yo ya tenía respecto y admiración desde que leí su libro
también dos años antes) le comenté que el libro era muy bueno y que yo también
le podía ayudar haciéndole una dieta. Cuando accedió a ello y se puso a
trabajar llegó a perder 23 kilos en cinco o seis meses pero, cuando todavía
estaba por los 20 kilos le dije que no perdiera más que según el IMC ya estaba
en su peso ideal. Su respuesta fue que todavía se veía unos michelines cuando
se ponía frente al espejo y que intentaría quitárselos. Con esto quiero decir
que el espejo nos muestra las acumulaciones de grasa, la falta de abdominales y
cualquier otro michelín que nos sobre mejor que una tabla, por tanto aconsejo
calcular el IMC y mirarse al espejo. Para calcular el IMC hay dos maneras
aunque los resultados son similares.
Veamos como se calcula el IMC siguiendo con mi ejemplo de 69 kilos y
1,72 de altura.
Multiplico 1,72 por 1,72 = 2,95 y divido 69 entre 2,95 = 23,38
Con este resultado vamos a la Tabla de Valores siguiente y comprobamos
en qué grado de peso nos encontramos, en mi caso 23, 38 se encuentra en el peso
normal.
Tabla de
valores según el índice de masa corporal
Peso inferior al normal:
Cuando el resultado se encuentra entre 17 y 18,5
Peso normal: entre 18,5 y
24
Sobrepeso grado I: Ente 24
y 26
Sobrepeso grado II: Entre
26 y 28
Obesidad grado I: Entre 28
y 32
Obesidad grado II: Entre 32
y 36
Obesidad grado III: Entre
36 y 40
Obesidad mórbida o grave:
Entre 40 y 49
¿Cómo
combatir el sobrepeso y ganar músculo? En estos casos y para las
personas que tienen cierta actividad diaria, el porcentaje debería ser el
siguiente: El 50 o 60 % de los alimentos deberían ser proteínas, el 30 % de
grasas, entre un 10 y un 20 % de carbohidratos, más un complemento vitamínico y
mineral junto con, al menos, dos batidos de proteínas concentradas.
Todo depende de los
kilos que se quieran perder, el hecho de no consumir azúcar en ninguna de sus
formas, tomar 1,5 gramos de proteínas por kilo de peso y 30 gramos de grasa
buena (5 o 6 cucharadas) entre las 5 o 6 comidas diarias, consumir el mínimo de
carbohidratos (algún plato que lleve algo de arroz o pasta integral), acompañar
la carne y el pescado a la plancha con verduras, y comer dos frutas diarias, es
suficiente para perder unos kilos. Si a esto añadimos el ejercicio físico,
beber mucho agua y no picotear nada entre comidas, elevaremos el metabolismo y
ayudaremos a perder peso más rápidamente. Lo que no se debe hacer es comer poco
o saltarse comidas para luego darse un atracón porque, comer poco es ingerir
menos calorías pero también menos nutrientes necesarios para la regeneración.
Así lo único que se consigue es perder músculo y reducir el metabolismo que,
a su vez, cuando volvamos a comer la
cantidad de comida necesaria como rutina, hará que engordemos en grasa. De lo
que se trata es de comer proteínas de alto valor biológico, grasas buenas, muy
pocos carbohidratos y hacer ejercicio para mantenernos mejor y elevar el
metabolismo; de esta forma no solo no engordaremos sino que además estaremos
nutriendo correctamente y regenerando el organismo ¡Comer poco desnutre,
debilita y acumula grasa y peso!
El origen de la mayor
parte del tejido adiposo que se acumula
en el cuerpo no es de la grasa que comemos sino del exceso de carbohidratos, de
azúcares y de almidones y féculas. La proteína nutre y regenera, las grasas
monoinsaturadas y poliinsaturadas cumplen otras importantes funciones en el
organismo y se deben consumir aunque a una proporción inferior que la proteína,
sin embargo, los carbohidratos solo son energía para gastar, por lo que, cuando
se comen muchos y, sobre todo si no se hace ejercicio, se convierten en grasa.
Los carbohidratos que deberíamos comer son los de bajo índice glucémico que
suelen proceder de algunas verduras y frutas y de cereales integrales. La
proteína debe proceder de la carne magra
sin grasa (mejor de ternera, pavo o pollo sin piel) del salmón, del atún, de
las claras de los huevos, de las que venden en polvo y que se toman con agua en
forma de batido y de la leche desnatada y sus derivados también desnatados.
De todas formas debemos ser
conscientes de que, hagamos la dieta que hagamos, si no hacemos ejercicio
físico el metabolismo descenderá y acabaremos estancados así es que en el caso
de no poder ir a un gimnasio o no tener tiempo para hacer gimnasia en casa, es
conveniente aprovechar todas las oportunidades que podamos para mover el
cuerpo, por ejemplo: Ir a comprar andando aunque haya varios kilómetros si no
se tiene que traer mucho peso; ver la televisión o hablar por teléfono haciendo
bicicleta o stepper; en vez de ir al cine en el fin de semana hacer salidas al
campo e ir a bailar por la noche; siempre que se pueda subir escaleras; en el sillón se pueden utilizar
las pesas para hacer ejercicios de musculación; coger el autobús o el metro una
parada más lejos; salir a pasear siempre que se pueda mejor que sentarse en el
sillón; cuando tengamos que sentarnos a descansar leer un libro mejor que comer
frutos secos; jugar con los niños en el patio o entretenerse en el jardín y, si
no hay nada que hacer en el fin de semana hacer una limpieza a fondo o ordenar
alguna parte de la casa.
Respecto al desarrollo del
músculo habrá que tener presente los siguientes datos: 1º. Habrá que hacer una
tabla de ejercicios de musculación y trabajar al menos durante 3 o 4 días a la
semana.
2º. Una vez sepamos las calorías que necesitamos por día, añadir 300
calorías más al menos los días de la semana que coindican con los del gimnasio,
esto debe ser así porque si faltan calorías consumiremos músculo.
3º. Los porcentajes más adecuados para hacer músculo son: 40 o 50 % de
proteínas, 30 de grasa y 20 o 30 de carbohidratos. No deben faltar proteínas en
ninguna de las 5 comidas, las grasas deben ser buenas y los carbohidratos de
bajo índice glucémico, pero no se debe probar el azúcar en ninguna de sus
formas ni la bollería o comida basura. Si todo esto se hace correctamente no
habrá problemas en la producción de testosterona, en el metabolismo de las
grasas, en la regeneración celular y muscular ni respecto a la función
inmunitaria. Es conveniente mezclar los carbohidratos con proteínas e incluso
con la grasa si es posible.
4º. El entrenamiento debe ser como en culturismo, es decir, intenso y
duro pero por cortos espacios de tiempo.
5º. Hay que tomar un batido de proteínas por la noche y algún complejo
vitamínico y mineral. No ingerir carbohidratos por las noches. También es
necesario tomar otro batido después del entrenamiento.
¿Qué
cantidad de alimentos necesitamos y cómo consumirlos? Ya dijimos en el primer
capítulo que según la constitución de la persona así será el porcentaje de
nutrientes que necesite, o mejor aún, así será la cantidad de gramos que
necesite por kilo de peso. Digo esto porque no soy partidario de hacer los
cálculos basándome en las calorías que necesite la persona, los resultados me
parecen muy altos, por ejemplo: Yo necesito 2300 calorías diarias, si calculo
la grasa que necesito a un 30 % me daría 690 (2300 por 30 %) y 690 entre 9
calorías por gramo que tiene la grasa es igual a 76 gramos de grasa. Sin
embargo, si lo calculamos como dije en el primer capítulo (ver y calcularlo)
veremos que si peso 70 kilos y tengo una constitución media necesitaré
entre 56 y 70 gramos como mucho de grasa. Por tanto, para calcular la cantidad
de proteínas, grasas y carbohidratos que necesitamos solo debemos consultar
estas referencias en el capítulo primero para luego repartir esa cantidad entre
el número de comidas que haga a diario. Si, como hemos visto, yo necesito (por
ejemplo) 66 gramos de grasa por día y hago 6 comidas, tendré que consumir 11
gramos en cada comida. O sea, casi dos cucharadas por comida (una cucharada
tiene aproximadamente 6 gramos) o bien dos en el desayuno, una en el
tentempié de la mañana y de la tarde, tres en la comida y otras tres en la cena
y otra más en un batido o lo que tome antes de acostarme.
También he de decir
que en mi búsqueda de información, estudio y lecturas de artículos o libros, he
encontrado otras referencia respecto al tema de los porcentajes. Por ejemplo,
respecto a los hidratos de Carbono, según algún profesional de fitness, también
se debe calcular la cantidad que se necesita de los mismos y para ello utiliza
el cálculo mencionado anteriormente, es decir: Si necesito 2300 calorías y las
multiplico por 20 % (aconsejé entre un 10 y un 20 %) da un resultado de 460,
dividido entre 4 calorías que tienen los carbohidratos nos da 115 gramos de
carbohidratos, que es el máximo que debo de consumir a diario. Creo que la
cantidad está bien y eso me hace pensar que casi podría utilizar esta misma
fórmula para calcular las proteínas, pero volviendo a los carbohidratos, es
obvio que esa cifra debe variar cuando la persona hace mucho ejercicio aeróbico
y sobre todo anaeróbico o musculación, ya que entonces se queman muchas más
calorías y se necesita más combustible.
Respecto a las
proteínas, se calculan como hemos visto con la grasa pero es mejor repartir la
cantidad total entre las cinco o seis comidas que se hagan. Una vez aclarado
este tema lo que debe quedar claro es que las proteínas construyen y regeneran,
las grasas buenas también sirviendo a la vez como combustible y, por último,
los carbohidratos son solamente energía para quemar, por tanto, todo lo que
comamos demás de los porcentajes dados (según la constitución de cada uno) de
grasas y carbohidratos, se convertirán en grasa. Si consumimos el mínimo de
carbohidratos y los quemamos pero al hacer ejercicio necesitamos más, el
organismo se encargará de consumir tejido adiposo, pero si consumimos mucha
grasa y carbohidratos y no hacemos ejercicio ni lo gastamos, ocurrirá lo
contrario.
Cuando hablo de dieta
equilibrada me estoy refiriendo a que hay que comer de todos los alimentos y
nutrientes en la cantidad adecuada pero también nos puede servir la frase para
decir que hay que hacer esas cinco o seis comidas sin saltarse ninguna y no
picotear entre ellas ¿Por qué? pues porque engorda. Desde siempre hemos oído
decir que la digestión tarda dos horas, pues bien, como las proteínas se tienen
que descomponer, los aminoácidos llegar a la sangre, formar nuestras propias
proteínas, etc. resulta que todo eso puede suponer como mínimo tres horas, lo
que significa que si no hacemos cena no tendremos proteínas que regeneren el
organismo mientras dormimos, el metabolismo descenderá y quemará menos calorías
y, si en vez de cena, picamos cualquier cosa que lleve o sean carbohidratos nos
engordará porque esa energía no la gastamos por la noche. Algo parecido ocurre
si no hacemos otra comida, sobre todo el desayuno que debe ser nutritivo para
comenzar el día con aminoácidos en la sangre.
¿Se puede
o se deben eliminar las grasas de la dieta? No se puede dar una
respuesta general porque hay que especificar qué tipo de grasas y si tiene
algún beneficio para el organismo. Existen multitud de ácidos grasos y algunos
de ellos hacen una labor importante en muy diversas partes y órganos del cuerpo
pero en el tema que tratamos es mejor saber cuáles nos pueden beneficiar y
cuáles perjudicar. Como ya hemos visto hasta ahora, es necesario consumir
grasa, principalmente y entre otras cosas por su aspecto regenerador, no
consumirlas nos puede traer problemas en la salud y no controlarlas en cantidad
y calidad nos puede perjudicar y llevar a la obesidad. Lo ideal es elegir las
buenas, consumir la cantidad adecuada según la constitución del cuerpo y hacer
ejercicio para que el mismo tono muscular y el metabolismo queme la que sobre.
Hay que recordar que la grasa es un almacén de calorías y que es preferible
que, una vez agotado el combustible de los pocos carbohidratos que comamos, se
consuma la grasa acumulada antes que el músculo que para eso lo estamos
formando con la proteína. Si no hay casi calorías procedentes de la grasa y se
hace mucho ejercicio terminaremos sin músculo, de ahí la necesidad de aportar
cierta cantidad de grasa en la alimentación.
Como ya dijimos, las
mejores grasas son las monoinsaturadas y las poliinsaturadas, si estas grasas
regeneran y sirven de combustible, consumir seis cucharadas diarias de aceite
de oliva no nos va a hacer engordar porque en realidad no son tantas calorías,
veamos: 6 cucharadas por 7 gramos cada una es igual a 42 gramos, por 9 calorías
cada uno nos da: 378 calorías; 378 calorías en una buena dieta de proteínas y
con pocos carbohidratos no solo no engorda sino que puede ayudarnos a
adelgazar. Si bien las grasas saturadas aumentan el nivel de colesterol, (y más
aún el malo) reducen la capacidad de respuesta de las células musculares a la
insulina, (lo que aumenta el nivel de grasa por la glucosa que deposita la
insulina) y disminuyen la capacidad del hígado para desintoxicar el cuerpo; las
grasa insaturadas o ácidos grasos esenciales, (sobre todo los omega 3 y 6)
ayudan a adelgazar y aportan muchos beneficios a la salud.
Veamos algunos de los
beneficios de estos ácidos buenos: 1º. Obligan al organismo a quemar grasa
activando los genes responsables de esa función; 2º. Disminuyen el
almacenamiento de grasas gracias a su acción (en parte) sobre el funcionamiento
del gen responsable de esta labor; 3º. Aumentan el metabolismo o termogénesis
que convierte las calorías en calor para el cuerpo; 4º. Influyen sobre la
glándula tiroides de forma que el metabolismo se mantenga alto; 5º. Reducen la
producción de cortisol (la hormona que convierte el músculo en energía); 6º.
Favorece la salida de grasa de las células adiposas ya que forman parte de las
membranas celulares; 7º. Reducen el colesterol malo y aumentan el bueno,
protegen el sistema inmunológico, son antioxidantes y combaten la influencia de
las grasas malas; 8º. Ayudan a eliminar el exceso de líquidos en personas con
sobrepeso; 9º. Mejoran la sensibilidad de las células musculares a la insulina
con lo que los músculos aumentan la capacidad de absorber la glucosa que
transporta la insulina para que aquella no se almacene como grasa.
Aunque casi todas las
grasas contienen ácidos grasos saturados y también insaturados, lo cierto es
que las grasas de origen animal tienen más saturadas que insaturadas,
ocurriendo lo contrario en las grasas vegetales. Esto lleva a pensar a muchas
personas que es mucho mejor consumir grasas vegetales y, aunque en cierto modo
tienen razón, si quieren adelgazar y sacar beneficio de las grasa deben tener
ciertos conocimientos. Para comer saludablemente y ayudarnos a adelgazar
debemos saber lo que son los aceites o grasas hidrogenadas y leer las etiquetas
o ingredientes de lo que compramos. Cuando los aceites vegetales son
hidrogenados para conservarlos mejor o para solidificarlos, son hasta tal punto
procesados que pierden todo lo bueno que tienen como antioxidantes y ácidos
grasos esenciales, entonces se convierten en lo que normalmente se llaman
calorías vacías que terminan en el tejido adiposo.
Poco a poco van
aportando los fabricantes cada vez más micronutrientes a estas grasas
solidificadas, como también van eliminando grasas saturadas de la leche y otros
productos, por eso es conveniente leer los ingredientes y saber lo que nos
beneficia y lo que no. Sabiendo que las grasas hidrogenadas y saturadas no nos benefician, veamos cuáles son las más
comunes entre ellas para ir eliminándolas progresivamente y así crear un nuevo
hábito de alimentación que nos ayude a mantener el peso y a no engordar. Las
yemas de los huevos (no se deberían comer siempre y sí la clara); margarinas;
los aceites refinados; los frutos secos que no sean naturales y sobre todo
fritos; la mantequilla (se debería de consumir muy poco); la leche entera y sus
derivados (se deben cambiar por “desnatado” o “fresco” como en el caso del
queso); todas las salsas y condimentos grasos; todos los alimentos que estén compuestos
de masas u hojaldre como la pizza, perritos, hamburguesas, pasteles, etc.; todo
tipo de bollería (masa y azúcar o similares) y dulces (chocolate, caramelos,
helados, leche condensada, etc.) y las comidas precocinadas con grasas
hidrogenadas y con mucha harina de alto índice glucémico (croquetas
empanadillas, etc.)
Las grasas son muy
importantes en la dieta pero también pueden hacernos engordar mucho, por eso es
conveniente que comencemos desde ahora a crearnos nuevos hábitos y formas de
utilizar las grasas buenas en vez de las malas, por ejemplo, en vez de utilizar
la margarina o la mantequilla se puede meter en frío un poco de aceite de oliva
virgen y untarlo una vez solidificado. En realidad deberíamos utilizar siempre
el aceite de oliva virgen o aceites “no refinados” pero haciendo una
distinción, que los aceites vegetales como los de soja, girasol o maíz se
deberían utilizar en crudo porque al hacerlo para freír pierden propiedades
benéficas. Así es que, aunque las grasas no son adelgazantes, si sabemos elegir
las buenas nos ayudarán a no engordar y a tener mejor salud y más felicidad al
ver que nuestra dieta funciona. Veamos algunos alimentos de los que contienen
grasas insaturadas incluyendo omega 3 y 6: Las pechugas de pollo y pavo; las
aceitunas y aguacates; los huevos y derivados lácteos donde así conste en la
etiqueta o ingredientes; los cereales y alimentos integrales; los frutos secos
naturales, entre ellos son notables las nueces (omega 3); los pescados grasos y azules ricos en omega 3 como la caballa, el
salmón, la sardina, las arenques, anchoas, bonito, atún y jurel.
Consumir grasas buenas
y en cantidades adecuadas tienen un efecto positivo sobre la salud y ayudan a
formar músculos, a frenar el envejecimiento y a perder grasas. Investigaciones
sobre el mecanismo molecular que se produce en el hígado han demostrado que la
ingestión de grasas trans y saturadas aumentan los triglicéridos y, por tanto,
la posibilidad de padecer determinadas enfermedades.
¿Se puede
o se deben eliminar los carbohidratos? En Norteamérica, el país
con más obesidad, el Instituto de Medicina ha llegado a la conclusión de que se
debería consumir al menos 130 gramos de carbohidratos diarios ya que son el
combustible que necesita el sistema nervioso central y son imprescindibles para
que el cerebro funcione. Pero sabemos que los carbohidratos solo son
combustible y no nutren, y también que podríamos considerar a la grasa insaturada como un nutriente a la
vez que combustible, por tanto, el consumo de carbohidratos dependerá en gran
parte de si hacemos o no ejercicio físico y cuántos días a la semana. Dentro de
los carbohidratos hay diversas clases según sea su composición pero los más
elementales son los monosacáridos como la fructosa y la glucosa, éstas tienen
un papel importante en el mantenimiento y ahorro proteico mientras haya
suficientes como para acumular el glucógeno necesario en el hígado y en los
músculos. Pero, aunque los que hacen mucho deporte o culturismo toman unos 130
gramos de carbohidratos (y a veces mucho más), ninguno de ellos ni nosotros, si
queremos adelgazar o mantenernos en el peso ideal, debemos consumir estos
últimos. Una dieta bien planificada ya lleva los carbohidratos suficientes en
las verduras, frutas, pasta, cereales y legumbres, no necesitamos más para
mantenernos en nuestro peso. Sin embargo he de recalcar que deben ser de bajo
índice glucémico y que si se hace ejercicio todos o casi todos los días se
puede, o se deben, consumir algunos más comiendo un poco de pan integral en
algunas comidas que lleven proteínas. Además de las vitaminas y los otros
micronutrientes que tienen las verduras, frutas y carbohidratos de bajo índice
glucémico, también tienen gran cantidad de agua y fibra, y por eso se caracterizan por una baja
densidad energética y su sensación de saciedad.
Queramos o no, hay que
reconocer que su energía es necesaria para el funcionamiento del organismo,
para la tensión, la temperatura del cuerpo, para la actividad muscular y
neuronal, etc. Y por ese motivo opino que: 1º. Si se quiere adelgazar porque
somos obesos o tenemos mucho sobrepeso, no hay que consumirlos voluntariamente;
2º. Si queremos adelgazar pero no son tantos los kilos que nos sobran, podemos
comer algún plato de cereales integrales o legumbres a la semana; y 3º. Si lo
que queremos es mantenernos en el peso, podemos comer también algo de pasta
integral pero siempre respetando la lista de alimentos prohibidos o calorías
vacías. Por otro lado, el almidón de la pasta, del arroz y de la legumbre es de
fácil asimilación en forma de grasa y, por eso aconsejo lavarlos después de
cocerlo.
Cuanto más grasa
corporal más capacidad tiene el organismo para eliminar grasa durante y después
del ejercicio o incluso durmiendo. El músculo emplea más energía que grasa y
cuando las reservas de glucógeno se agotan no le llega la cantidad necesaria de
combustible al cerebro, entonces las proteínas se descomponen para liberar la
glucosa. Resumiendo, hay que consumir alguna cantidad de carbohidratos de bajo
índice glucémico para que no falte combustible a los músculos y al cerebro y
para que no se consuman los músculos por falta de ellos pero, a la vez, hay que
hacer ejercicio físico para desarrollar músculo ya que es este el que mejor elimina la grasa.
¿Son tan
necesarias las proteínas? En realidad, el único alimento que nos proporciona
aminoácidos para la regeneración del organismo son las proteínas, por tanto,
aunque las grasas juegan un papel importante y los carbohidratos son el
combustible que necesitamos para funcionar, solo deberíamos considerar
nutriente a la proteína que es el origen de los músculos y quien nutre y
regenera las células. Para dicha regeneración se necesitan aminoácidos, es
decir, las proteínas de los alimentos, a partir de las cuales se forman las
nuestras propias. Como ya hemos dicho, se necesitan más de tres horas para que
se agoten los aminoácidos que circulan por la sangre por consiguiente hay que
ingerir más proteínas antes de las cuatro horas para que no cese la
regeneración celular la que, a la larga, impide en cierto grado el
envejecimiento. No nos olvidemos que las proteínas y las grasas son el origen
(en sentido celular) de todos los órganos y partes que componen el cuerpo, de
ahí la necesidad de hacer cinco o seis comidas con su cantidad correspondiente
de proteínas de alto valor biológico y la mitad de esa cantidad en grasas
monoinsaturadas y poliinsaturadas.
Lo que sí debe quedar
claro es que a la hora de establecer las cantidades de proteínas necesarias
para cada persona, es necesario tener en cuenta la cantidad de músculo y la de
grasa que esa persona tiene, es decir, una persona que va al gimnasio a
desarrollar músculo necesitará más proteína que la que no va y se queda sentada
en el sillón comiendo bollería o frutos secos y ya tienen sobrepeso de grasa.
Cada nutriente o micronutriente desempeña una labor en el organismo y crea
cierta respuesta hormonal y un efecto distinto en el metabolismo, pero las
proteínas de alto valor biológico y libre de grasa activan la producción de la
hormona del crecimiento ayudando así a perder y a proteger los músculos. El
consumo de buenas proteínas en cada una de las cinco o seis comidas disminuye
el nivel de triglicéridos y la sensación de tener hambre, regula las
concentraciones de glucosa, protege los músculos, estimula la liberación de la
hormona encargada de mantener el equilibrio del azúcar en la sangre y de
liberar grasa almacenada para que sea usada como energía (glucagón) mantiene el
cuerpo en un estado de nitrógeno positivo gracias a la cantidad de aminoácidos
que aportan, acelera el metabolismo para que queme más calorías y estabiliza el
nivel del colesterol, bueno (HDL) y reduce el del malo (LDL)
¿Qué son
las calorías vacías? En principio podríamos generalizar y decir que las
calorías vacías son aquellas que ingerimos procedentes de determinados
alimentos y que no, o casi no nutren, por ejemplo, las de los carbohidratos
procedentes de bollería, azúcar, pasta y otros muchos productos alterados,
refinados o procesados con grasas trans. Aquí podemos incluir gran cantidad de
productos que llevan azúcar y cereales refinados (pasta bollería) y otros
tantos dulces y fritos (mermeladas, zumos, patatas fritas, etc.) Estos
productos casi no llevan nutrientes o micronutrientes y sí mucho azúcar,
harinas refinadas y grasas hidrogenadas o trans, por tanto, además de no
nutrir, sus calorías van directamente al tejido adiposo y, a largo plazo,
producen enfermedades degenerativas; esta malnutrición es la que cada vez se
impone más en nuestra sociedad. Pongamos un ejemplo, por cada 100 gramos de cereales con miel para
desayunar, tiene 4 gramos de proteínas pero 91 de carbohidratos, lo que supone
364 calorías; la mermelada tiene 0
proteínas y 70 gramos de carbohidratos lo que supone 280 calorías
vacías; los caramelos y similares: 0,5
de proteínas y 94 gramos de carbohidratos que son 380 calorías vacías.
Yo aconsejo, como
siempre, leer los ingredientes para ver, sobre todo, cuánto azúcar tiene lo que
consumimos porque, si sumáramos todo el azúcar que consumimos en un mes y lo
pasáramos a calorías para luego multiplicarlo por 12 meses, nos daríamos cuenta
de los kilos que podemos engordar por año si no controlamos esas calorías
vacías y especialmente el azúcar. Viendo el ejemplo de la mermelada podemos
decir que muchos niños se comen esa cantidad de calorías y más aun si contamos
la bollería y los dulces, así es que, si multiplicamos 300 calorías vacías
diarias por 30 días son 9000 calorías al mes, por 12 meses son 108.000 al año,
o sea casi 11 kilos que se podrían acumular si ese niño no las quemara. Aunque
un niño de estos, mal nutridos, pueda quemar muchas calorías al día, con esta
mala alimentación terminará acumulando mucha grasa y lo que es peor, se está
causando un grave daño a su organismo. Si queremos nutrirnos correctamente, estar sanos, perder
o mantenernos en el peso y regenerar nuestro organismo, debemos comer alimentos
que nutran y que aporten proteínas y grasas esenciales y olvidarnos de todo lo
que lleve azúcar y otros productos similares, así como el alcohol, lo no integral,
etc.
Hay que rechazar los
alimentos procesados, las harinas y similares que estén refinados, las grasas
hidrogenadas e incluso los carbohidratos de alto índice glucémico; cuando lo
hagamos podremos comenzar a hablar de “alimentación
sana y equilibrada”. Los refrescos azucarados, zumos y otros muchos productos
similares no hacen nada más que acumular grasa y elevar las concentraciones de
insulina y de glucosa en sangre, luego entonces ¿cómo no va a haber cada día
más niños obesos, más problemas cardiovasculares, más diabéticos, etc.?
¿Qué son
las calorías negativas? Como sabemos, el simple hecho de hacer la digestión
ya consume calorías, pues bien, se dice que un alimento tiene calorías
negativas cuando ese alimento necesita para ser digerido más calorías que las
que tiene. Por ejemplo, 100 gramos de endibias aportan 23 calorías pero el
organismo necesita 40 para digerirlas, por tanto, hay 17 calorías negativas.
Hay que tener presente, cuando queramos consumir estos alimentos, que no
aportan casi nada de nutrientes, por lo que es aconsejable acompañarlos con
alguna proteína. Algunos opinan que consumir estos alimentos favorece la
pérdida de peso, por tal motivo, expongo a continuación todos los que al
parecer tienen ese efecto. Verduras: Espárragos, alcachofa cebolla, lechuga,
coliflor, brécol, zanahoria, apio, calabacín, calabaza, pepinos, ajos, tomates,
espinacas y endibias. Frutas: Naranja, mandarina, manzanas, limones, fresas,
piña, papaya, pomelo, mangos, frambuesas, arándanos, sandía y melón.
¿Cómo y
por qué ocurre el efecto yo-yo? Desde hace ya muchos años, las mujeres se vienen
preguntando que por qué recuperan los kilos perdidos (a veces más) poco tiempo
después de haber dejado de hacer dieta hipocalórica. La verdad es que tiene que
fastidiar mucho que después de tanto sacrificio y esfuerzo no sirva de nada,
todavía hoy (como he podido comprobar yo mismo) se pueden ver esas dietas bajas
en calorías y faltas de nutrientes hechas por especialistas que siguen causando
el efecto yo-yo o “rebote”. Para explicar este efecto podríamos decir que es un
acto de “autodefensa” o de “supervivencia” del cuerpo porque cuando le hacen
pasar hambre procura, a continuación, almacenar energía en forma de grasa a
modo de prevenir la hambruna.
Se han hecho muchos experimentos
donde se ha comprobado que cuando se somete al cuerpo a dietas hipocalóricas y
luego se vuelve a la misma forma de alimentarse, éste acumula grasa más
rápidamente, es más, cuando algunas personas hacen esto repetidas veces, el
cuerpo acelera el engorde y tarda más en adelgazar, es decir, le cuesta más
desprenderse de la energía que él cree que va a necesitar cuando le hagan pasar
hambre otra vez. ¿Cuál es la primera respuesta? Que no se debe “comer poco”, ni
saltarse comidas, ni hacer dietas faltas de nutrientes. Generalmente, antes del
efecto yo-yo ocurre un estancamiento en la pérdida de peso como efecto de la
reducción de calorías y por tanto del metabolismo; es decir, cuando el cuerpo
intenta ahorrar energía ya no se suele perder peso e incluso se manifiestan
ansias de comer. Pero el descenso del metabolismo no solo es efecto de la dieta
hipocalórica, también lo es de la pérdida de músculo que se ha producido con
los primeros kilos perdidos, de ahí la necesidad de hacer también ejercicio y musculación.
Según algunas amigas que
han sufrido el efecto yo-yo, llega un momento en que se sienten vencidas por la
tentación de comer dulce y grasa, es entonces cuando las enzimas hipogénicas
(que almacenan grasa) que se han reactivado con la dieta, continuarán haciendo
eso mismo e incluso durante un tiempo después de terminada la misma almacenando
todo lo que pueden e incluso más que la última vez. Aunque parezca extraño o
mentira es así, no porque una persona haga una dieta peligrosa de 900 calorías
va a perder peso saludablemente y no va a engordar después, ya hemos visto que
la clave es el metabolismo, el ejercicio físico, y una correcta alimentación.
Si no hacemos esto caeremos en un círculo vicioso que: Al tener mucha grasa
(persona obesa) y poco músculo, su metabolismo desciende y quema menos
calorías, lo que nos lleva otra vez a almacenar grasa, a perder músculo y a
quemar menos calorías.
De lo que se trata
precisamente es de hacer lo contrario, es decir: 1º. Llevar una dieta sana y
equilibrada en cantidad y calidad de alimentos según las necesidades y la
constitución física; 2º. Hacer algo de ejercicio para elevar el tono muscular y
el metabolismo; y 3º. Continuar con los nuevos y saludables hábitos de
alimentación. Dicho de otra manera, consumir proteínas de alto valor biológico,
grasas insaturadas y carbohidratos de bajo índice glucémico desechando para
siempre el azúcar, la bollería, la comida basura y, en definitiva, las calorías
vacías. Si no se hace así y se vuelve a comer esos productos mientras se intenta perder peso y no se hace
ejercicio, por supuesto que se producirá el efecto yo-yo.
¿Cómo
perder kilos y después mantener el peso ideal? Recuerdo que hace ya
muchos años escuchaba la frase típica de: “Si quieres adelgazar come menos,
verás como adelgazas”; dicho de otra manera más clara: “Pasa hambre y
desnútrete”. Perder peso de esa manera es muy fácil, incluso con cualquier
dieta hipocalórica se pierden pronto los primeros kilos de líquido y músculo
pero no tan fácilmente de grasa ¿resultado final? estancamiento y efecto yo-yo.
Si de algo hay que comer menos ( o mejor nada) es de los carbohidratos de alto
índice glucémico por dos razones, 1ª. Para consumir menos calorías, ya que los
carbohidratos no nutren y 2ª. Para que no se dispare el nivel de glucosa en
sangre.
Recordemos el efecto
de los carbohidratos en nuestro cuerpo. Cuanto mayor cantidad de carbohidratos
más glucosa hay en la sangre y si son de alto índice glucémico es mucho peor y
más aún para los diabéticos e hipoglucémicos. Cuando ocurre esto entra en
funcionamiento el páncreas como respuesta, y como la glucosa es el origen de la
energía, la insulina liberada por el páncreas se encarga de llevar esa energía
a las células. La glucosa que almacena la insulina en el hígado y en los músculos
se convierte en glucógeno pero, cuando comemos mucha comida sin control y
muchos carbohidratos y azúcar sobra glucógeno, entonces es cuando, con tal de
no desperdiciar esa energía, la
transforma en grasa y se va formando el tejido adiposo. Ese es uno de los
problemas por los que se acumula grasa pero, no veamos sólo lo malo y hablemos
algo del glucagón. El glucagón tiene dos
principales funciones transformar la grasa acumulada en combustible y hacer que
el azúcar llegue a los músculos en vez de a la grasa. Esta hormona se estimula
en las comidas pero más aún en las verdaderamente nutritivas y como evita, en
cierto grado, el almacenamiento de grasa a la vez que aumenta la sensación de
energía y de saciedad, se dice que ayuda a adelgazar. Así es que cuando se come
mucho azúcar y comida basura no hay tanta producción de esta hormona y, al
contrario, aumenta la creación de insulina que hace lo contrario, es decir,
estimular las células grasas para que acumulen energía.
De esta forma podemos
ver la ventaja de comer sano y estar bien nutrido que no lo contrario y
aumentar el sobrepeso. Mantener el metabolismo acelerado por medio de la
alimentación es crear un equilibrio donde el glucagón tenga un papel más activo
que la insulina y que, por tanto, los alimentos se transformen en combustible
para su uso en vez de ser almacenados como grasa. Pero ¿Qué ocurre cuando se
come poco? pues que, entre otras cosas, la glándula tiroides segrega menos
tiroxina con tal de protegernos, y como esta hormona ayuda a regular el
metabolismo, resulta que el metabolismo desciende y se queman menos calorías.
Como es obvio, cuando estas dietas hipocalóricas y de pasar hambre se llevan a
rajatabla durante mucho tiempo es la
persona misma quien comienza a consumir sus propios músculos. Como ya hemos
dicho que, a mayor volumen y cantidad de músculo más calorías se queman y como,
según algunos entendidos en culturismo afirman, por cada kilo de músculo se
queman al menos 50 calorías al día, significa que por cada kilo que se pierde
dejamos de quemar esas 50 calorías.
Esto es serio y se
convierte en un círculo vicioso que solo traerá problemas a la salud y mayor
acumulación de grasa pero es que, además, el metabolismo continuará igual de
lento porque la grasa no lo eleva. Cuando se hacen estas dietas que causan disminución notable de
músculo, de aumento de grasa y de pasar hambre, puede traer consigo que durante
un tiempo seamos engañados por la báscula porque nos encontremos en el mismo
peso pero aumentemos en centímetros de talla. Algo parecido les pasa a las
personas mayores, cada vez comen menos y, al no hacer ejercicio, tienen más
posibilidad de engordar y les cuesta más adelgazar porque su metabolismo se ha
ralentizado.
Ya hemos visto que
perder el peso perjudicando y a veces poniendo en peligro la salud es fácil,
aunque de esa forma precisamente lo difícil es mantener el peso ideal que se ha conseguido, si es que es
así. Pero también los estudios y pruebas científicas junto a la información que
nos llega de verdaderos y modernos endocrinos así como de entrenadores de
deportistas y culturistas, nos explican esta ciencia o mecánica de la nutrición
que nos demuestra que para perder peso y después mantenerlo, no es necesario
nada más que estar nutridos bien y en su justa medida y hacer ejercicio físico.
Esta explicación sirve para todo el mundo incluso para los mayores, por
consiguiente, quien no adelgaza (saludablemente) es porque no quiere.
¿Se puede
creer en las dietas milagro? Cuando una dieta de adelgazamiento llega a mis
manos, lo primero que miro es si cada comida lleva cierta cantidad de
proteínas, un mínimo de grasas, si no se pasa en carbohidratos y, en
definitiva, si es nutritiva y equilibrada. La mayoría de ellas, en mi opinión,
les falta proteínas y no las comen en todas las comidas, les sobran
carbohidratos y, por supuesto, hacen que la persona pase hambre. Si recuerda
las preguntas y respuestas anteriores no es necesario que responda a esta
pregunta, pero es más, las dietas que menciono son de aproximadamente 1200 o
1300 calorías, luego entonces, ¿qué puede ocurrir con las dietas milagro que
tienen menos calorías? Lo primero es que sacan el dinero a las inocentes
mujeres que depositan su confianza en la persona que les atiende y después
pierden unos kilos de líquido y músculo (poca grasa) para, a continuación,
jugar con su salud peligrosamente. ¿Cuántas dietas hay muy restrictivas así
como otras en las que solo se comen uno o dos nutrientes? Muchas y todas son
peligrosas para la salud.
Una dieta no puede ser
buena si no se comen todos los nutrientes y micronutrientes, una dieta no puede
ser buena si hace pasar hambre, una dieta no puede ser buena si hace perder más
de 1500 gramos a la semana, ni tampoco las que no controlan la cantidad de
nutrientes, ni las que no aconsejan hacer ejercicio físico, ni... ¿No es lógico
que haya malestares, insomnio, nerviosismo, etc. cuando se hacen estas dietas?
Pero lo grave no es solo eso, en el organismo se producen desequilibrios
hormonales, degeneración celular y muscular, los órganos pueden comenzar a
fallar en su funcionamiento, se envejece antes y se producen otras alteraciones
que, junto a lo anterior, apenas percibimos. Veamos, si las células musculares
están compuestas, aproximadamente, en un 70 % de agua (700 gramos por cada kilo
de músculo) y un 30 % de proteína (300 gramos por cada kilo) significa que cada
kilo de músculo es igual a 1200 calorías (300 gramos por 4 calorías = 1200) y
si las células grasas están compuestas por un 20 % de agua quiere decir que el
80 % es grasa, o sea 800 gramos de grasa por cada kilo de la misma. Lo que,
transformándolo también a calorías nos da: 7200 (800 gramos por 9 calorías) Si
comparamos los resultados podemos ver que para quemar un kilo de grasa se
necesitan 6000 calorías más que si fuera de músculo.
Para quemar grasa es
necesario:
1º. Hacer seis comidas
diarias, entre las cuales además de llevar proteínas en las
cinco primeras, la última
(antes de acostarse), así como en el desayuno y la
merienda, sea de un batido
de proteínas en polvo mezclado con media cucharada
de aceite de oliva virgen,
al cual y a continuación, se le añade agua. Esta base
alimenticia protege el
músculo y lo regenera, mantiene acelerado el metabolismo
y, por tanto, quema más
grasa.
2º. Consumir los
carbohidratos imprescindibles procurando que sean siempre de bajo
índice glucémico.
3º. Comenzar ingiriendo
unas 500 calorías menos para, según los resultados y la
información que ya he dado en otras páginas,
aumentar o no esa cifra de 100 en
100 pero nunca bajando de las 1200 calorías diarias.
4º. Utilizar las cantidades
correctas de proteína y grasa que aconsejo según la
constitución corporal.
5º. Hacer ejercicio físico
y de musculación para elevar el metabolismo.
6º. No consumir
carbohidratos a partir de las ocho de la tarde excepto los que
lleven los alimentos de la cena.
7º. No consumir alimentos
azucarados, bollería, alcohol ni nada
que esté
compuesto por calorías vacías.
Es necesario recordar que
si se hace ejercicio de musculación hay que aportar cierta cantidad de
carbohidratos de bajo índice glucémico (entre 50 y 130 gramos aproximadamente)
en la dieta con el fin de mantener el nivel o reserva de glucógeno y para que
no se destruyan los músculos, (catabolismo) por consiguiente, sería conveniente
tomar alimentos nutritivos y energéticos después de cada entrenamiento, por
ejemplo un batido de proteína en polvo, esto ayuda al mantenimiento y
reconstrucción de los músculos (anabolismo)
Volviendo al tema, ¿Cómo se
puede perder en 15 días lo que ha tardado en acumularse varios años? En
nutrición no hay milagros si no es a cambio de una reducción peligrosa de
salud. Quienes prometen esa pérdida de muchos kilos de peso en poco tiempo con
tal de ganar dinero no dicen nada de la salud ni de la rapidez con que se recuperan
los kilos. Es muy fácil decir a los clientes que se pasen una vez a la semana
para que vean que pierden peso pero no dicen que es exactamente lo que pierden.
Si las células de los músculos tienen un 70 % de agua y las de grasa solo un 15
¿qué parte se reducirá antes, el músculo o la grasa? Es obvio que el músculo y ¿qué ocurre si no
te aconsejan (como normalmente ocurre) hacer ejercicio y musculación? Pues que
se te queda la carne fofa, es decir, piel y grasa, todo lo contrario de lo que
yo pretendo con este libro.
Generalmente, estas dietas
milagro solo pretenden que la persona consuma pocas calorías, es decir, que
pasen hambre para que pierdan peso en las primeras semanas y así se ilusionen
con la dieta. Otra cosa son los resultados, en principio se pierde líquido y
después, a falta de combustible porque se come poco, el organismo consume
energía de los músculos y elimina proteínas, o sea nos deja fofos y reduce el
metabolismo porque el principal consumidor de calorías es el músculo. El
organismo intenta gastar lo imprescindible de energía con estas dietas, se
adapta a las calorías que ingiere y por eso llega un momento en que la pérdida
de peso se estanca. Es necesario estudiar muy bien las dietas que se hacen, en
la mayoría de estas dietas milagro no solo se come poco sino que suele haber
alguna falta de nutrientes importante, así es que, si la mujer que la hace
necesita 1900 calorías diarias y no ingiere nada más que 900 ¿no es lógico que
pierda peso rápidamente? Estamos de acuerdo en que perder peso saludablemente
necesita un poco de sacrificio pero una buena dieta:
1º. No tiene que tener
grandes restricciones
2º. No debería bajar de las
1200 calorías
3º. No debería perder más
de 1500 gramos por semana
4º. Se debería comer de
todos los nutrientes
5º. Debería ser
personalizada según la necesidad calórica y la constitución del
cuerpo
6º. Se debería comer de
todos los alimentos para que haya variedad y la persona
no se aburra
7º. Deberían ser nutritivas
para conservar la masa muscular y para
que no haya
malestares físicos y emocionales y menos
con cambio de carácter
8º. Debería hacer feliz a
la persona al ver que pierde peso y que no lo recupera
9º. Debería causar un
cambio positivo en los hábitos alimenticios
10º. Debería ir acompañada
de ejercicio físico para mantener los músculos, para
perder grasa, y para
realzar las líneas del cuerpo y la belleza
11º. No debería causar el
efecto rebote o yo-yo
Como podemos ver en esta
respuesta, no es fácil perder los kilos de grasa y sí el músculo porque se necesitan muchas más
calorías para quemar la grasa que para consumir los músculos, por lo que no es
de extrañar que las mujeres que hacen estas dietas se queden con ese aspecto
demacrado. Ya he dicho como calcular las calorías que cada persona necesita y
cuánto se puede reducir para perder peso correctamente, si se hace así, con una
dieta nutritiva en proteínas, y se hace ejercicio y musculación, no nos quedará ese mal aspecto físico y
conseguiremos “adelgazar y realzar la belleza”.
¿Es
necesario hacer 5 o 6 comidas diarias? La respuesta inmediata es
sí y aportando cada una de ellas la cantidad correspondiente de proteínas de
alto valor biológico y grasas para que haya una corriente continua de
aminoácidos en la sangre que se encargue de regenerar el organismo. Cuando he
hablado de malos hábitos en algún párrafo anterior no me he referido solamente
a que comemos muchos alimentos poco nutritivos y con muchas calorías vacías, sino también a que
hay muchas personas que no desayunan nada más que algo de líquido; a que a
media mañana y media tarde no ingieren proteínas; a que se saltan comidas para
luego hacer solo dos y forzar el volumen del estómago; a que muchas veces
estamos llenos con los dos platos y aun así comemos postre y tomamos café; a
que al rato de haber comido nos apetece algo dulce y comemos lo que
encontramos; a que al pasar por la puerta de una pastelería muchas veces nos
dejamos seducir por el olor y nos compramos un pastel o bollo; a que cuando no
tenemos nada que hacer nos entretenemos comiendo frutos secos; y a un sinfín de
cosas más. La clave del desarrollo, para bien o para mal, es la “repetición”, y
lo mismo que la repetición de un mal hábito nos hace engordar, yo voy a
utilizar la repetición para enseñar lo que no debemos hacer. Si solo se hacen
dos comidas importantes al día no solo no nos nutrimos y perjudicamos la salud
sino que también desaceleramos el ritmo metabólico y engordamos por no quemar
todas esas calorías que ingerimos (principalmente vacías) las que terminan
formando parte del tejido adiposo.
Para adelgazar hay que
hacer 5 o 6 comidas de las cantidades precisas (es mejor 5 pequeñas cantidades
que 2 voluminosas) y que sean nutritivas, no hay que picotear nada entre ellas,
hay que procurar comer todo lo que se pueda sin grasas y sin azúcar y hay que
hacer ejercicio. En definitiva, hay que comer cada 3 o 4 horas porque favorece
la termogénesis y la absorción de los nutrientes y no hay que cometer los
errores mencionados porque se impide la eliminación de la grasa, se aumenta la
misma y se impide la formación del tejido muscular. El total de calorías se
deberían de distribuir entre las 5 comidas teniendo sobre todo en cuenta que no
deben faltar las proteínas ni las grasas. Hay dos maneras de hacerlo: 1ª.
Distribuir el total de calorías entre las 5 comidas, con lo que estamos
construyendo músculo y regenerando células casi todo el día a la vez que
eliminamos grasa y mantenemos las concentraciones de insulina y glucosa
estables y 2ª. Haced lo mismo pero comiendo más calorías procedentes de
proteínas en el desayuno en la comida y en la cena.
Se ha comprobado que
haciendo cinco comidas es más difícil engordar en comparación con otras
personas que ingieren las mismas calorías en dos o tres comidas. Además, hay
más estabilidad en los procesos de oxidación; ayuda a regular el colesterol; no
dilata el estómago; causa más sensación de saciedad; desciende el colesterol
malo; eleva el metabolismo; estabiliza los niveles de azúcar y evita el
catabolismo. Recordad el porcentaje de nutrientes para que haya siempre más
proteína que otra cosa, este porcentaje de proteínas hace que se quemen un 10 %
más de calorías de las que ingerimos.
¿Se puede
hacer alguna excepción algún día en la dieta? Excepciones se pueden
hacer algunas aun haciendo dietas de adelgazamiento pero no todas, es mejor
hacer un día una excepción y comerse algo que tengamos prohibido o que duplique
las calorías, que hacer una excepción de vez en cuando para no cenar o no
desayunar. Ya hemos dicho lo importante que es que no falten aminoácidos en la
sangre y que se debe tomar algo de grasa con las proteínas, si no lo hacemos
así perderemos músculo, faltará regeneración celular, bajará el metabolismo,
acumularemos grasa, etc. Pero si nos saltamos la cena y además nos hinchamos de
carbohidratos (patatas fritas, bollería, etc.) esta excepción hecha a menudo
puede tener un final desastroso para una dieta. Respecto a este tema no hay
excepciones, hay que comer cinco o seis veces al día para eliminar la sensación
de hambre y crearnos un nuevo hábito.
Si la excepción se
refiere a saltarse la dieta una vez al mes por una celebración o simplemente
porque quiere concederse un premio por lo bien que lo está haciendo, ¡Hágalo!
Cómase un pastel o lo que quiera pero no caiga en esa debilidad para no perder
los nuevos y saludables hábitos. Un deseo no puede ni debe dominar a la mente
que razona y mucho menos a la voluntad, por tanto, nosotros debemos consumir
voluntaria y conscientemente lo que queramos pero lo que no podemos permitir es
que los deseos y antojos nos dominen. Eso es lo que hacen muchas mujeres que
hacen dieta sin darse cuenta del mal que están haciendo al organismo y la
dificultad que están creando respecto a la pérdida de peso en un futuro.
Cuando hemos perdido
casi todos los kilos que debemos perder y nos hemos olvidado de los alimentos
perjudiciales y azúcares que consumíamos hace tiempo, podemos saltarnos la
dieta, perdón, el nuevo hábito alimenticio, y hacer una excepción. Ya hemos
visto lo malo que es también darse un atracón de comida un día (acumulamos
grasa) y al siguiente no comer nada o casi nada, sin embargo, lo mismo que hay
días que no comemos las calorías que debemos por cualquier circunstancia,
también podemos pasarnos un día de calorías, pero repito, con una o dos veces
al mes es más que suficiente.
Hay casos en que la
persona tiene un estómago muy grande precisamente por comer mucho y por
picotear, también en estos casos hay que buscar soluciones y en este en
particular es necesario hacer abdominales para que los músculos presionen el
estómago y cause la sensación de que está más lleno de lo que en realidad está.
Cuando hay ataques de hambre se pueden comer frutas o verduras de calorías
negativas, alimentos ácidos o picantes, caramelos o chicles light, y sobre todo
beber mucha agua y infusiones de té rojo o verde y similares. El hambre y las
ansias por comer algo son nuestros enemigos contra los cuales tenemos que
luchar inteligentemente. Los momentos de ocio y frente al televisor también nos
pueden hacer caer en malas tentaciones que se convierten pronto en hábitos
perjudiciales para la salud. En estos casos piense en el beneficio que está
consiguiendo y lo que puede conseguir, un cuerpo más joven, una figura marcada,
un peso ideal y una alimentación sana que, a la larga, puede alargar sus años
de vida. Coma solo cuando tenga hambre y nada más, nosotros sabemos
perfectamente cuando comemos por hambre y cuando no, además, se siente
satisfacción cada vez que vencemos a una tentación por comer.
No es bueno prohibir a
una persona que coma determinados alimentos porque hay casos en que basta con
que se le prohíba para que lo coma a menudo. Pero todos sabemos que hay una
serie de alimentos que no nutren y que se almacenan fácilmente en el cuerpo en
forma de grasa, por eso y aunque no nos guste, es bueno que nosotros mismos nos
prohibamos ciertos alimentos. Volviendo a las excepciones, diré que también se
pueden hacer si razonamos lo que hacemos, es decir, aprovechando que un día
hemos comido alimentos con pocas calorías, podemos comer algo que nos atraiga o
que hace mucho que no lo comemos. Por ejemplo, un postre dulce después de haber
comido unas verduras con marisco o una ensalada con pechuga de pavo y queso
fresco, seguro que quedamos satisfechos, felices, y casi no nos hemos pasado en
calorías. De todas formas hay casos en que un ataque de hambre o antojo pasa en
unos minutos, si estamos comenzando con la dieta no es conveniente comer nada,
es preferible beber agua y esperar a que pase entreteniendo la mente en
cualquier asunto importante o en un simple libro. Hay quien opina que el sabor
a dentífrico quita las ganas de picotear después de comer, por consiguiente, no
se olvide de cepillarse los dientes, pero sobre todo, no se salte ninguna
comida porque eso le dará hambre y romperá con la continuidad y el equilibrio.
Hay casos en que los
estados emocionales, las discusiones familiares, el estrés y otros aspectos de
la vida cotidiana hacen que no razonemos lo suficiente como para vencer la
tentación de comer algo que nos atrae o nos gusta demasiado como para
superarlo. En esos casos es conveniente razonar las situaciones y comprender
que comer eso, además de no solucionar el problema, nos puede perjudicar como
se perjudica el alcohólico con cada borrachera que se pilla por no afrontar u
olvidar un hecho. En estos casos hay que buscar entretenimiento dentro de la
casa (escuchar música mientras hacemos gimnasia, leer concentrando bien la
mente, etc.) o fuera si es necesario, marchándonos al cine, o con amigos/as, o
haciendo deporte, ir a bailar, etc. Cualquier cosa es válida menos quedarse
sentada en casa sin hacer nada.
¿Tiene
alguna ventaja dormir bien por la noche? Hasta ahora hemos hablado
mucho de alimentarse saludablemente y de hacer ejercicio pero no hemos hablado
nada sobre dormir, sin embargo, desde siempre se ha dicho que dormir toda la
noche con un sueño profundo es bueno para la salud y que alarga la vida. La
falta de sueño altera los niveles de leptina, la hormona que produce sensación
de saciedad, lo que significa que podríamos tener deseos de picotear,
principalmente, carbohidratos (bollería, dulces, etc.) También se puede ver
alterado el nivel de la hormona del crecimiento que diminuye la proporción de
grasa y restaura y aumenta el tejido muscular, pero esto suele ocurrir durante
las dos primeras horas de sueño; digamos que a partir de esas dos horas se
acaba el beneficio físico porque hacen activos el cortisol y el catabolismo.
Cuando no cenamos proteínas o no nos tomamos un batido de proteínas en el
transcurso de la noche se pierde músculo a causa del catabolismo postabsorción,
por eso, además de la regeneración celular, cuando tomamos proteínas de alto
valor biológico evitamos la degradación de dicho músculo. Por otro lado, cuando
estamos bien alimentados y dormimos ocho horas de sueño profundo, el organismo
se restaura perfectamente y nos levantamos sin ningún síntoma de cansancio.
Una de las últimas
noticias que he leído que relaciona la dieta con el sueño, procede de un
nutricionista que en su dieta de adelgazamiento propone comer mucho y solo
carbohidratos por la mañana, proteína y carbohidratos a mediodía y sólo
proteína con poca verdura o ensalada para la cena sin límite de cantidad en las
comidas. El fin es que carguemos el organismo de carbohidratos por la mañana y
algo más a mediodía (que será equilibrada entre proteínas y carbohidratos) para
tener combustible hasta la noche y comer casi todo y mucha cantidad de
proteínas por la noche porque aceleran la quema de grasas. Según afirma, el
hecho de mantener el nivel de insulina lo más bajo posible entre las comidas,
(sobre todo por no picotear entre ellas) hacer algo de deporte por las tardes,
y cenar pronto cantidad de proteínas, puede producir una pérdida de grasa de
entre 70 o 100 gramos mientras se duerme. Sinceramente, en mi humilde opinión,
yo no haría esa dieta.
Consumir muchos
carbohidratos por el día y, aunque sean menos, también por la noche, engorda
por la acción de la insulina (recolecta grasa y disminuye la producción de
energía) Para adelgazar hay que comer cantidad de proteínas por la mañana
porque eleva el glucagón y estimula el metabolismo, hay que tener en cuenta que
esta hormona hace que los alimentos se conviertan en combustible para consumir
durante el día en vez de acumularse en forma de grasa.
¿Cómo se
puede hacer una dieta personalizada? Teniendo en cuenta que un
kilo de grasa equivale aproximadamente a casi 9000 calorías si, por ejemplo,
nos sobran 10 kilos quiere decir que
tenemos que eliminar cerca de 90.000 calorías de alguna manera. Y eso no puede
ser de otra forma que haciendo una dieta para disminuir el máximo de calorías
posible dentro de los límites para que no haya peligro para la salud, y
haciendo ejercicio que, como sabemos, eleva el metabolismo y quema grasa. Por
consiguiente, yo aconsejo calcular las calorías que necesitamos y para ello lo
primero que debemos hacer es calcular el Índice de Masa Corporal (IMC) para ver
aproximadamente cuánto sobrepeso tenemos y cuál es nuestro peso. A continuación
deberíamos calcular cuántas calorías necesitamos para ese peso ideal (ya lo he
explicado) y, una vez calculado, restar una cifra adecuada para perder peso
poco a poco. Generalmente, la mujer que hace poco ejercicio suelen consumir
unas 1500 calorías por día y las que hacen algo de deporte o tienen algún
trabajo de más movimiento consumen 1700 (los hombres aproximadamente 1800 y
2000 con algo más de actividad)
Para hacer una dieta
de adelgazamiento para una mujer que quiera quitarse unos cuantos kilos, lo
primero que se debe hacer es restar 500 calorías y, según los resultados,
seguir así o reducir de cien en cien hasta un mínimo de 1200 calorías y no
bajar de esa cifra; hay que recordar que no se debe perder más de un lilo y
medio por semana. Una vez sabemos aproximadamente cuantas calorías vamos a
consumir, pasamos a confeccionar la dieta. Pongamos como ejemplo que se va a
hacer una dieta de 1400 calorías, esta podría ser una buena combinación:
Desayuno, 200 calorías; a media mañana, 100; en la comida 470; a media tarde,
100; en la cena 470 y antes de acostarse 60. Si aportamos los nutrientes
necesarios (sobre todo proteínas) en cada comida: 1º. No se pasará hambre; 2º.
Se perderá peso despacio pero progresivamente; 3º. Se alcanzará el peso ideal
(mejor haciendo ejercicio) 4º. No habrá efecto yo-yo.
Pero como sabemos
también interesaría repartir los nutrientes así es que, si es una persona que
pesa 70 kilos y de una complexión media que ni tiene mucha grasa pero tampoco
músculo, tendría que tomar unos 100 gramos de proteína y 50 de grasa
monoinsaturada o poliinsaturada. Por ejemplo: Desayuno: 15 gramos de proteínas;
media mañana: 8; comida: 30; media tarde: 8; cena: 30; y pre-cama: 10. Si
consultamos las calorías de los alimentos que he puesto en las diferentes
dietas podremos comprobar que no hay mucha dificultad para hacer un menú como
el que estamos tratando. Respecto a la grasa haríamos lo mismo, hay que tener
en cuenta que el problema de no poder comer mucho alimento en las dietas muy
bajas de calorías, lo solucionamos con los batidos de proteínas sin hidratos y
su correspondiente aceite. Cuando no hacemos dieta lo tenemos más fácil porque
comemos más cantidad y en esa cantidad podemos meter toda la proteína que
queramos, pero con la dieta de adelgazamiento no y para eso están los batidos
que contienen casi el cien por cien de proteínas.
En una dieta como esta
no interesa comer casi nada de carbohidratos (salvo los que lleve la verdura,
la fruta y demás alimentos incluidos) pero si algún día comemos algún plato de
arroz o pasta o un simple trocito de pan, debería ser integral por su bajo
índice glucémico. Pero si lo que se desea es quemar grasa haciendo músculo a la
vez, los porcentajes que dimos en el primer capítulo no nos valen, veamos lo
que tendríamos que hace en este caso. Según algunos profesionales del
culturismo, modificar el consumo de la cifra de calorías una vez a la semana
elimina más grasa y conserva la masa muscular. Partiendo de la base de que
tenemos que comer buenas proteínas y grasa y que los carbohidratos tienen que ser
de bajo índice glucémico, ahora debemos cambiar los porcentajes y dejarlos de
manera que tengamos músculo y combustible para hacer musculación al menos
cuatro veces por semana, los porcentajes serían aproximadamente estos: El 50 %
de las calorías totales procederán de las proteínas, el 20 de las grasas y el
30 de los carbohidratos. Con estos datos se deben elegir los alimentos que
compondrán la dieta pero, ¡claro! Hay que tener en cuenta que comemos el doble
de carbohidratos que en las dietas normales de adelgazamiento y un 10 % menos
de grasa, lo que significa que si no vamos a hacer una rutina de musculación
para, al menos, tres o cuatro días a la semana esta dieta puede engordar.
Ahora vamos a alterar
la dieta para producir ese efecto que dicen algunos culturistas. Para ello solo
vamos a aumentar y disminuir la cantidad de carbohidratos dos veces por semana
¿por qué los carbohidratos? pues porque son los que más calorías aportan. Por
tanto, hacemos nuestra dieta normal de adelgazamiento y cuando estemos ya
haciendo musculación, comemos una vez por semana un plato grande de arroz
integral y otro un tazón de copos de avena. La siguiente semana procuramos no
comer nada de carbohidratos ningun día de ellos, y la siguiente comemos un día
100 gramos de pasta integral y algo de arroz, y así sucesivamente. Se podría
comer un poquito de pan acompañando la carne pero mejor que sea de centeno y,
respecto a la pasta, mejor de harina de arroz.
Si se quiere acelerar
este proceso es conveniente no probar los alimentos que solo contienen calorías
vacías y sí beber mucho agua. Por lo demás, solo queda decir que es un estímulo
y una satisfacción muy grande ver como se pierde peso, por tanto, es bueno
apuntar lo que perdemos cada semana porque eso nos anima a llevar la dieta a
rajatabla.
¿Qué
beneficia más en la dieta, la verdura o la fruta? La verdad es que ninguna
de las dos aporta casi nada de proteínas ni grasas que son importantes para la
regeneración celular, lo que más tienen son carbohidratos y de ellos la fruta
la que más, por tanto, podemos decir que su aporte principal hace engordar si
se toman muchas cantidades sin control. Lo bueno de las frutas y las verduras
son sus micronutrientes y su fibra, pero cuando hacemos zumos o hervimos la
verdura con muchas calorías los eliminamos. Así es que son buenos para engordar
y para dar energía a personas que la necesitan o que las queman, así como
también para combatir el estreñimiento. Comer verdura sola nos da la sensación
de haber comido más de lo que en realidad hemos comido por su efecto saciante,
por eso es conveniente comerlas con proteínas o, al menos, con algo de aceite
de oliva.
Podríamos decir que las
verduras aceleran el metabolismo gracias a que: Su agua aumenta los niveles de
oxígeno, lo que se necesita para quemar grasa y convertirla en energía; su
efecto saciante es notable porque ocupa mucho espacio en el estómago; no
contienen casi azúcares simples; se pueden comer muchas porque salvo
excepciones, tienen pocas calorías (lo que sí es benéfico para adelgazar); y
contienen unas sustancia llamadas “fitoquímicos” que fortalecen el sistema
inmunológico y previene de las enfermedades. La fruta sin embargo, tiene un
montón de azúcares simples, lo que eleva el índice glucémico mucho y fuerza a
la formación de insulina la que, a su vez, bloquea la función de la hormona
glucagón en su labor de eliminar grasa. La fruta tiene más calorías que la
verdura, pero es aconsejable comer casi la misma cantidad que la verdura a
diario.
¿Qué
beneficio tienen los ejercicios aeróbicos y de resistencia? El ejercicio es muy
beneficioso para la salud en muchos sentidos, porque adelgaza, mejora la
calidad de vida, produce bienestar, rejuvenece, combate la atrofia muscular, da
fuerza y energía, previene lesiones, fortalece el carácter, en definitiva, es
mejor moverse aunque solo sea un poco que no quedarse sentado en el sillón. El ejercicio no es solo
para quemar calorías y adelgazar, para trabajar ese aspecto simplemente es
necesario adquirir nuevos hábitos alimenticios que nutran y que no lleven
comida basura. La dieta y el ejercicio deben estar compenetrados, si nos
nutrimos con alimentos sanos y en las proporciones adecuadas, no perderemos
músculo con los ejercicios ni tendremos esa hambre que muchos tienen y que hace
que coman de todo sin control.
Como ya he dicho y
repetido en el libro, es importante hacer ejercicio aeróbico y anaeróbico,
sobre todo cuando se tiene tiempo pero es que, aun no teniéndolo, también se puede buscar un rato
en casa o hacer bicicleta o pesas mientras se ve la televisión. Hay que dejar
claro que cuando una persona está obesa es porque no ha sabido nutrirse y ha
comido más calorías vacías que nutritivas. Lo ideal es hacer 60 o 90 minutos
por día pero hay que saber elegir entre el aeróbico o los ejercicios de resistencia
porque, el aeróbico quema mucha grasa si se hace bien pero los ejercicios de
resistencia queman durante más horas. Además, se pueden hacer toda clase de
ejercicios sólo con dos pesas, mientras que el aeróbico tiene que ser con
máquinas o saliendo a la calle. Lo que ayuda a adelgazar es la dieta pero el
aumento del tono muscular que produce la musculación eleva tanto el metabolismo
que pienso que deben ir siempre juntos en las personas que, a demás de
adelgazar, quieren realzar su belleza.
Naturalmente que el
ejercicio aeróbico puede quemar tantas calorías como el de resistencia, todo
depende de lo que se practique y por cuanto tiempo, pero lo mismo que el de
resistencia tiene sus ventajas también el aeróbico mejora la presión arterial,
segrega endorfinas, disminuye el nivel de colesterol malo, y nivela la glucosa
en sangre entre otros. Veamos algunos aspectos de ambas clases de ejercicio.
Los ejercicios
aeróbicos fortalecen el sistema cardiovascular (pulmón-corazón) y queman
calorías suficientes como para ir perdiendo grasa corporal poco a poco y de
todo el cuerpo, lo que significa que, aún así, el cuerpo seguirá teniendo la
forma que tenga; por otro lado, según se pierde grasa, el cuerpo se va quedando fofo y la piel flácida en
determinadas partes del cuerpo. Dos de los inconvenientes del aeróbic son que
agota y cansa todo el cuerpo y que las personas muy obesas o con problemas
articulares no lo pueden hacer o es peligroso para ellas en la mayoría de los
casos. Otra diferencia respecto al ejercicio de resistencia es que el aeróbic
produce hambre y hace perder muchos micronutrientes con el sudor, lo que no
ocurre con la musculación porque solo se trabajan los músculos que la persona
quiere, lo que, al hacerlo intensamente produce más músculo y da forma al
cuerpo. Una persona que hace footing o corre en una cinta quema calorías y
grasa de todo el cuerpo pero apenas hace músculo, sin embargo, los culturistas
hacen eso mismo por duplicado y producen músculo y dan forma al cuerpo como y
hasta donde ellos quieren. De lo que se trata es de perder grasa y para eso el
aeróbic está bien pero son los ejercicios de resistencia los que mayor
beneficio producen a largo plazo.
Los ejercicios de
resistencia aumentan el volumen de los músculos para dar forma al cuerpo a la
vez que rellena las partes fofas,
tonifica el cuerpo y le da fuerza mientras hace perder grasa porque acelera más
el metabolismo que el aeróbic. Con las dietas de adelgazamiento se suele perder un 70 % de la grasas y un 30 de músculo pero
con los ejercicios de musculación no se pierde músculo y, al contrario, es el
músculo el que consume tejido adiposo. Se calcula que por cada kilo de músculo
quemamos al menos 50 calorías al día, lo que significa que, si ganamos tres
kilos de músculo en un año, a partir de ahí eliminaremos aproximadamente 150
calorías por el solo hecho de movernos, es más, quemaremos grasa incluso
durmiendo porque el metabolismo sigue acelerado durante 10 o 12 horas más
después del ejercicio.
Por otro lado, el
ejercicio aeróbico es aburrido, monótono y apenas se aprecian los resultados,
mientras que el de resistencia eleva tanto el metabolismo que su efecto se nota
tanto en la báscula como en la forma del cuerpo. El entrenamiento de
resistencia no solo aumenta la pérdida de grasa a través del volumen muscular
sino que también causa más tono y firmeza en la piel y mejora la apariencia,
los huesos, la hipertensión y el sistema inmunológico. La musculación (dicen
algunos) no puede hacer perder tanta grasa en general ni sirve para quitar
grasa de una zona en particular del cuerpo pero si utilizamos el aeróbic para
perder grasa en general, con la musculación llegaremos a poner esas partes del
cuerpo firmes, esbeltas y tonificadas.
¿Por qué nos estancamos en las dietas aun comiendo poco? Desde hace ya muchos años
hasta la actualidad se vienen cometiendo muchos errores nutricionales y haciendo dietas milagrosas que son
perjudiciales para la salud. El razonamiento es el siguiente, “si como menos es
obvio que perderé peso”, y claro, las mujeres desesperadas porque no consiguen
perder nada más que unos pocos kilos vuelven a caer en manos de algunos
ignorantes, de otros irresponsables y de otros terceros egoístas que con tal de
ganar dinero en su consulta, ponen en riesgo la salud de las personas. Gracias
a Dios que cada vez hay más profesionales que incluso escriben en revistas y
ponen dietas más nutritivas y saludables.
No
se puede perder peso correctamente si se pasa hambre porque, si es así,
andaremos todo el día pensando en la comida y la boca se nos hará agua cuando
veamos algo que no podamos comer. No se puede hacer una dieta en la que casi
todo sean prohibiciones y limitaciones porque, al final, el hambre siempre
vence la resistencia como ocurre con el agua ¿resultado? que nos cansamos y
aburrimos y a continuación nos hinchamos a comer de todo lo prohibido. Está
claro que si no nos sacrificamos un poco no conseguiremos nada, pero de eso a
hacer las dietas hipocalóricas que estamos comentando y que yo muchas veces veo
porque algunas mujeres me las muestran, va un abismo. La dieta debe llevar toda
clase de alimentos y nutrientes, es necesario comer al menos cinco veces al día
para que no falte (además de aminoácidos) glucosa en cantidades adecuadas en la
sangre porque, si falta glucosa o tenemos hambre, devoraremos lo que pillemos
¿por qué se produce esa reacción? Pues porque el organismo intenta defenderse
del hambre estimulando el deseo por comer.
Cuando
se somete al cuerpo a una dieta muy baja en calorías lo primero que hace es
quemar menos calorías (desciende el ritmo metabólico) de las grasas y intenta
acumular más por si en el futuro hacen falta como reserva. Como consecuencia,
se consumen los pocos carbohidratos que se ingieren y músculo, obteniendo como
resultado final el estancamiento en la pérdida de peso lo que, a su vez,
precede al efecto rebote. ¿Qué suele ocurrir generalmente en estos casos? Pues
que como la persona ve que ya no pierde peso, (como efecto también de haber
hecho muchas dietas bajas en calorías)
su ignorancia nutricional, la falta de información o los malos consejos de
algunos profesionales y no profesionales, hacen que vuelva a sus antiguos
hábitos y favorezca esos deseos del organismo por acumular comida (grasa) y
saciar esos otros por comer dulce y todo lo que no ha podido durante un tiempo.
Como resulta que los alimentos prohibidos o que se deben prohibir, son
precisamente los que más calorías vacías tienen por su gran porcentaje de
carbohidratos, resulta que, a partir del estancamiento, recuperan rápidamente el
peso perdido.
No
se deben hacer dietas muy bajas en calorías, no solo por el riesgo que existe
para la salud, sino también porque no se consigue lo que se desea tan
fácilmente ya que el cuerpo disminuye el metabolismo y la energía a la vez que
aumenta los deseos intensos por comer. Y aunque la dieta sea muy baja, el
cuerpo hará que el metabolismo sea también bajo y se producirá el
estancamiento, resultando que, al final, el hambre vence a la persona y deja de
hacer dieta.
¿Cuántos kilos se pueden perder como máximo sin poner en riesgo nuestra
salud? Hoy hay cada día más revistas y publicidad engañosa que prometen
perder muchos kilos en poco tiempo. Cualquier persona que razone o entienda un
poco de nutrición sabe lo peligrosas que son esas dietas, otras que prometen
menos suelen convencer también a muchas personas y, sin embargo, las más
saludables y razonables no las hacen tanto porque las mismas personas no creen
que adelgacen. Yo he conseguido hacer perder 20 kilos a personas que no
conseguían perder peso con otras dietas hipocalóricas y, sin embargo, al
principio no creían que fuera posible por el hecho de hacer 6 comidas y de no
pasar hambre. Hay gran cantidad de dietas que prometen perder dos kilos o más
por semana, cuando lo ideal es que sea uno o uno y medio en personas de mucho
sobrepeso ¿cómo puede ser? naturalmente que pasando hambre y perdiendo líquidos
y músculo. Claro que, según pasa el tiempo y se pierden kilos cuesta más perder
la grasa, resultando que las ultimas
semanas o incluso meses sólo se pierden 500 gramos por semana.
Por
consiguiente, si la persona es obesa y tiene que perder muchos kilos puede
perder perfectamente 1500 gramos por semana, pero cuando su sobrepeso ya no sea
muy alto o sea la mitad, será de un kilo para terminar por último con 500
gramos o incluso menos porque el cuerpo, como he dicho, intenta tener reservas.
Con una dieta nutritiva y de 5 o 6 comidas al día, además de no pasar hambre,
se perderá perfectamente un kilo por semana, pero lo más importante es que casi
no se pierde músculo porque el organismo se encuentra satisfecho con la energía
que le damos de las seis comidas.
¿Cómo se puede perder grasa y no músculo? Cuando una persona quiere
adelgazar y se pone a dieta, al principio suele perder peso más rápidamente porque
se pierde mucho líquido. A continuación se pierde grasa y también algo de
músculo y, si la dieta es muy baja en calorías, continuará consumiendo músculo
porque es más fácil que eliminar grasa. Por consiguiente, cuando hacemos dieta
perdemos líquido, músculo y grasa. Pero ¿Por qué lo primero que se pierde es
líquido? Porque las células de grasa contienen entre un 10 y un 20 % de agua y
las de los músculos hasta un 70 % y porque el agua se elimina más fácilmente
que la grasa y el músculo. ¿Por qué se pierde músculo antes que grasa? Pues
porque la mayor parte del agua es de los músculos, porque el organismo intenta
retener la grasa como combustible para el futuro, y porque la grasa no cuesta
nada mantenerla mientras que el músculo sí porque consume calorías. Así es que
son esas dietas tan bajas de calorías las que perjudican más que ayudan, sobre
todo porque las enzimas lipogénicas aumentan su actividad de acumular grasa en
las células de grasas.
Pongámoslo
todo un poco más claro. Lo que nos sobra son las grasas y lo que hay que
conservar y desarrollar son los músculos porque son los que queman calorías,
evitan que se conviertan éstas en grasa, y elevan el metabolismo según se van
desarrollando ¿Se puede conseguir eso con las dietas que prometen grandes pérdidas
de peso? ¡No! A no ser que se maten de hambre y pongan en riesgo su salud.
Generalmente ocurre lo contrario, es decir, consumen músculo, desaceleran el
metabolismo, éste no quema grasa ni calorías, y se vuelve a engordar. Pero,
¿qué es la grasa? Son calorías transformadas por no haber sido utilizadas,
luego entonces, la única manera natural de eliminar la grasa es hacer que
vuelva a su origen energético y gastarlas, y si hacemos una buena dieta que nos
ayude a crear músculo, a eliminar grasa y a no ingerir más calorías de lo
debido para que no se conviertan en grasa, mucho mejor.
Veamos
como se puede conseguir esto. Si la energía se gasta por medio del ejercicio
físico está claro que debemos practicar tanto el aeróbico como el anaeróbico
que desarrolla los músculos para que ésos estén consumiendo calorías todo
el día y, por tanto, grasa. Pero claro,
si no llevamos un control de las calorías y de la cantidad de nutrientes que
consumimos, podemos: 1º. Ingerir más calorías de las que gastamos, lo que nos
llevaría a engordar y a acumular grasa, y 2º. Comer más de un nutriente que de
otro y podría ocurrir lo mismo.
Y es
aquí donde entra en juego la dieta personalizada, es decir, una dieta con la
cantidad adecuada de proteínas, grasas y carbohidratos que ayude a crear
músculo, que no ingiera más grasas de las debidas para que no se acumulen, y con un mínimo de
carbohidratos según el ejercicio físico que se haga. Esto, como ya explicamos
en el primer capítulo, se debe hacer de acuerdo a la constitución del cuerpo y
a la cantidad de grasa o músculo que tenga. Por consiguiente, si reducimos las
calorías obligaremos al organismo a utilizar las grasas como combustible, si
ingerimos las grasas y los carbohidratos estrictamente necesarios no aumentará
la grasa, y si hacemos ejercicios aeróbicos y de resistencia eliminaremos más
grasa y aumentaremos los músculos que, a su vez, elevarán el metabolismo y
acabarán quemando calorías las 24 horas.
¿Por qué las mujeres acumulan más grasa a partir de cierta edad? Son muchas las mujeres que
he conocido y conozco que se han puesto a dieta de adelgazamiento muchas veces
a partir de los 30 o 35 años, en esa edad perdían los kilos que querían
rápidamente pero, algunas de las que todavía suelo ver hoy de vez en cuando, ya
no lo consiguen tan fácilmente, es más, han acumulado mucha grasa y no
consiguen quitársela. Hemos hablado ampliamente del estancamiento, del efecto
yo-yo, de las dietas milagro, etc. ahora voy a ampliar mi opinión en contra de
muchas dietas puestas por profesionales porque son muy pobres en proteínas y
muy ricas en carbohidratos. Sabemos que de lo que se trata es de nutrir el
organismo de manera que no le falten las proteínas (aminoácidos) y la grasa
porque eso, al fin y al cabo, es lo que se necesita para REGENERAR las células,
lo demás es combustible y pequeñas cantidades de micronutrientes. ¿Dónde quiero
llegar? Pues con el anterior párrafo quiero decir que todas esas dietas
milagro, hipocalóricas y muy pobres en proteínas, han colaborado para crear el
problema de las mujeres a partir de los
40 años, es decir, que si hubieran hecho todas esas dietas como la que yo
intento explicar en esta obra, pienso que no ocurriría eso.
Las
mujeres que a lo largo de tantos años han hecho muchas dietas de ese tipo,
cuando llegan a cierta edad se han quedado sin músculo y han acumulado grasa,
sobre todo también porque desciende la producción de determinadas hormonas que
se relacionan con la quema de grasa (hormona del crecimiento y la DEA)
Resumiendo, que entre el mal de las dietas durante muchos años y la disminución
de estas hormonas, el metabolismo se ralentiza y se acumula grasa porque no hay
una correcta alimentación y no se hace ejercicio.
Ya
hemos hablado también muchas veces que las dietas poco nutritivas y muy bajas
en calorías eliminan músculo, a lo que ahora añado que, con el paso de los años
y a partir de los 40 en particular, se pueden perder varios cientos de gramos
de músculo al año. Si resulta que una mujer ha hecho, desde los 30 hasta los 45
años, diez o doce dietas que le han hecho perder músculo y disminuir el
metabolismo, nos encontramos con que ese metabolismo no quema grasa y, muy
posiblemente, tampoco los muchos carbohidratos que les mandan comer. ¿Resultado
final? Pérdida de músculo, acumulación de grasa y descenso de metabolismo que
vuelve a empeorar lo anterior. Bien, pues la pérdida de músculo que va
aumentando por los años, por el metabolismo y por la mala nutrición puede
resultar que deja de quemar unas 10.000 calorías al año, o sea más de un kilo de
grasa.
Veámoslo
desde otra perspectiva más grave pero que se pueden dar en algunas ocasiones.
Si una mujer como la que estamos hablando sigue en esa línea, los malos
resultados de las primeras dietas empeorarán, y entonces ya no serán 10.000
calorías sino muchas más las que no se quemarán y por tanto podría llegar a una
acumulación de grasa de 4 o 5 kilos por año. Claro, otra cosa hubiera sido si
al menos hubiera hecho deporte o ejercicios de resistencia, entonces podría
haber quemado casi 50 o 75 calorías diarias por kilo de peso al día más las de
los ejercicios. Pero como resulta que es lo contrario y cada año empeora, puede
ocurrir que deje de quemar esas casi 100 calorías diarias a los 30 años, pero
se pueden convertir después en 150 diarias a los 35 o 200 a los 45 años.
Según algunos expertos a
partir de los 30 o 35 años el cuerpo pierde unos 400 gramos de músculo al año
(haciendo dietas malas, sin ejercicios, etc.) y el metabolismo puede dejar de
quemar al menos 50 calorías diarias por kilo de masa muscular. Basándonos en
eso, si 50 calorías entre 1000 gramos corresponde a 5 calorías por 100 gramos;
400 gramos (de músculo que se pierde) es igual a 20 calorías; pero es que si no
se pone remedio al siguiente año serán 40 calorías menos que se consumen, que
es igual a 800 gramos; y al siguiente se consumen 60 calorías menos y la
pérdida de músculo podría suponer 1200 gramos, etc. ¿Cuánta grasas acumulada
puede suponer esto al cabo de unos años si no se busca solución? ¿No merece la
pena sacrificarse un poco y rejuvenecer 8 o más años? La grasa se puede
eliminar sin prisa, con paciencia pero también con persistencia y voluntad y
si, a la vez, se hace ejercicio aeróbico y de resistencia, se ganara la batalla
y no habrá persona que conozcamos que no nos pregunte que qué hemos hecho para
conseguir ese cuerpo.
¿Se puede cambiar el aspecto hasta el punto que muchas fotos
publicitarias dicen? Por supuesto que se puede, mi hijo lo ha conseguido
en cinco meses, yo en seis, y otras personas que me han escuchado y se lo han
tomado en serio también. No tiene nada de increíble, si hacemos la dieta
correctamente perdemos grasa, y si hacemos ejercicios de resistencia con todo
el cuerpo aumentaremos el tono muscular hasta donde queramos y realzaremos la
belleza del mismo. Yo entiendo la incredulidad de las personas ante tantas y
tantas fotos de “antes” y “después”, algunas están tan mal retocadas que se
nota que no han perdido peso o que meten estómago y elevan hombros.
Desde hace muchos años se
han venido publicando fotos falsas pero eso no significa que no se pueda
conseguir, como no se podrá conseguir es haciendo mal o a medias la dieta y
dando un paseo, aunque sea de una hora, con la intención de quemar calorías. La
verdad es que yo lo podría haber demostrado con fotos reales de mi hijo y de
alguna que otra persona más, pero cuando decidí escribir este libro ya era
tarde porque habían perdido más de la mitad de lo que querían perder. Aún así
pondré el ejemplo de mi hijo, en febrero del 2007 pesaba 88 kilos y tenía 98 centímetros
de cintura, a los cinco meses (a últimos de junio) pesaba 65 y tenía 86 de
cintura; total kilos pedidos: 23 y centímetros de cintura 12. No ha pasado nada
de hambre y ha hecho una dieta de 1400 calorías que le ha hecho perder un kilo
aproximadamente por semana; actualmente y después de seis meses no ha
recuperado nada de peso.
Bien, lo mismo que digo que
para perder peso y realzar la belleza hay que hacer una buena dieta y hacer
ejercicio, también digo que para no recuperar peso hay que llevar una dieta
nutritiva y, por supuesto, libre de calorías vacías; no se trata de otra dieta
sino de un nuevo hábito para toda la vida donde se coma sanamente sin nada de
comida basura. Alguien pensará que no es fácil, yo respondo que sí, solo es
necesario comenzar con fuerza de voluntad y no dejar de persistir porque la
persistencia siempre vence. Esto es como el tabaco, sabemos (o así lo intento
explicar) que hay muchos alimentos que no nutren y sí perjudican y pueden
acarrearnos muchos problemas a la salud, pues bien ¿Hay que esperar a caer
enfermos para poner manos a la obra? Hacer una buena dieta es obtener salud,
vitalidad y, por qué no, felicidad de ver nuestro cuerpo bonito ¿no es motivo
suficiente? Pues si no lo es también sabemos que eso mismo nos sirve para
adelgazar.
Hay personas que son
felices con su obesidad pero no se paran a pensar mucho en los problemas que
esa obesidad les puede traer y, aunque sean felices, yo aseguro que lo serían
mucho más si se quedaran en su peso ideal. Uno de los motivos por el que
abandonan las dietas muchas personas es porque se aburren de los menús tan poco
variados que les ponen, como mi intención es ayudar a la gente para que alcance
su peso ideal y realce su figura, he puesto varias dietas de diferentes
cantidades de calorías y con bastantes posibilidades de cambiar de alimentos
pero, además, incluyo toda una serie de ejercicios físicos que ayudarán a
conseguir esa línea ideal. ¿Resultado? Que quien lo haga no solo conseguirá lo
que publican en las revistas sino que, además, se ahorrará mucho dinero en
consultas y en gimnasios. Recordad, determinación, fuerza de voluntad y un
poquito de sacrifico y yo os aseguro que lo conseguiréis.
del libro: ¿ ADELGAZAR y resaltar la BELLEZA ? ¡ ES FÁCIL !
Francisco Nieto Vidal
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