El movimiento vegano crece en Palermo, Belgrano y Recoleta
POR FLORENCIA COPLAN
Hay más bares, restoranes y almacenes que se concentran en esos tres barrios.
28/12/13
Milanesa de berenjena, pizza sin queso, wok de vegetales, cuadraditos de polenta, tarta de verdura: un menú que a la gran mayoría de los porteños, adictos a comer a diario alimentos de origen animal, no les parecería tentador. Sin embargo, y a pesar de habitar una tierra cuyo representante internacional es la carne, el veganismo –esa ola de vegetarianos extremos– se expande en las calles de la Ciudad. Y se refleja en los bares, almacenes y restaurantes que ofrecen alimentos aptos para veganos.
Cristian Cohen, 32 años, es uno de los dueños de la fábrica de alimentos veganos y vegetarianos Sendero Vegetal. “Las ventas van creciendo día a día, ya sea en restaurantes o dietéticas”, cuenta. Y dice que eso se ve reflejado principalmente en los barrios de Palermo, Belgrano y Recoleta. ¿Veganos chic? “Nuestra fábrica está hace 14 años y estos últimos años hemos experimentando un gran crecimiento, pero también ahora vemos mucha más competencia que antes”, interviene Cristina García Avalos, otra socia de Sendero Vegetal. Según ellos, todos los comercios que antes ofrecían exclusivamente productos vegetarianos u orgánicos fueron sumando a su propuesta alimentos veganos, “por que la movida crece, sobre todo en los jóvenes”, grafica Cohen.
Muchas veces asociado a un comportamiento o elección alimentaria, el veganismo insiste en no reducirse sólo a eso: sus seguidores lo consideran una forma de vida. Damián Cinich (26), activista de Acción Vegan Argentina, explica: “En la práctica, cuando uno decide ser vegano, la alimentación es uno de los primeros hábitos en ser reconsiderados, pero la explotación de animales no humanos está muy extendida a otras industrias, como en laboratorios y universidades donde son insumos para la experimentación; o en zoológicos, deportes para entretenimiento, como la caza, pesca o circos, o en la industria textil, por sus pieles. Es por esta razón que nos mantenemos al margen de ellos”.
Ferias y restaurantes: cada vez más concurridos, parten de las comidas tradicionales para transformarlas creativamente. Ejemplos, la famosa pizza vegan, hecha de pan de pizza, salsa y cubierta únicamente con vegetales; diversas lechugas, tomates y aceitunas; las milanesas de polenta, tortillas de papas (sin huevo) y las hamburguesas de lentejas también se suman a las opciones creativas de la cocina vegana. Sin embargo no es fácil cuando se entra a un súper: “Muchos alimentos que podríamos pensar que no tienen origen animal, lo tienen. Pasa con muchas de las galletitas o papas fritas más conocidas que llevan grasa animal, o también hay muchos productos de belleza que fueron testeados en animales”, reveló Sol Ferrari, de 21, vegana desde hace dos años.
No hay dudas de que esta tendencia va de la mano con el nuevo paradigma de la alimentación saludable y orgánica. Según Máximo Cabrera, 37, chef y dueño del restaurante vegano Kensho en el barrio de Palermo, sintetizó: “es un movimiento mundial en expansión. Al restaurante viene gente de todo el mundo y se ponen muy contentos al ver que hay una gran movida saludable en la Ciudad. Ya el asado es siempre igual y, además, cada vez viene de peor calidad”. Como chef y vegano, reconoce que antes era más difícil conseguir alimentos veganos, “hay una movida más grande respecto al veganismo, más información y conciencia al respecto”, comentó.
Gabriela Díaz, vegana de 27, confirmó que fue más de “casualidad” que llegó al veganismo: “la carne estaba cara y probé empezar a comprar en unas rotiserías veganas del barrio. Después me interioricé y terminé no sólo alimentándome de forma vegana sino también pensando con conciencia sobre la comida”. Por su parte, Máximo Cabrera, del restaurante vegano Kensho, dice que más allá de la economía, “lo importante es dejar de comprar productos caros y tener creatividad a la hora de comer”.
Algunos confirman que es moda y otros que es un movimiento que llegó para quedarse y que seguirá en aumento. Por su parte, Félix Leguizamón, dueño de GranoMadre, un almacén de productos orgánicos donde se incluyen alimentos para veganos, sostiene: “Mucha gente lo hace por moda y se acerca por moda, pero después está en uno profundizar o seguir en el movimiento, porque más allá de la moda es una necesidad de la tierra y de lo más profundo del ser humano; es como si fuera un sinónimo mi organismo y el organismo de la tierra”.
*
No hay comentarios:
Publicar un comentario